Alejandro Magno (el Grande), fue el hijo del Rey Felipo II y de la princesa Olimpia y nace en agosto del año 356 aC. En la ciudad de Pella, capital de Macedonia, que es actualmente la ciudad de Grecia. De chico le gustaban los poemas épicos que su institutriz le leía y es ahí cuando surge su admiración por Aquiles, a quien va a intentar imitar toda su vida.
Alejandro es enviado a Mieza y allí obtiene formación militar, teniendo como tutor a Aristóteles en materias como filosofía, geografía, literatura, ciencia, medicina, entre otros. Ya a la edad de 16 años lucha contra los Tríbalos e Ilirios, y ejerce interinamente el gobierno mientras su padre sitiaba Bizancio. Dos años después se pone en frente de la caballería y triunfa contra los Medas en la batalla de Queronea, a su vez la relación entre sus padres se vuelve muy mala y finalmente Filipo destierra a Olimpia a Epiro.
A sus 20 años con la muerte de su padre, accede al trono; en realidad la sucesión le correspondía a su hermanastro Arrideo que era hijo de su padre y una bailarina, pero este sufría algunos problemas mentales que lo relegan de la lucha por el poder. Cuando Filipo muere muchos Griegos ven la oportunidad de soltarse de ese gobierno cruel al que eran sometidos, y se sublevan en varias ciudades a la autoridad real; Tebas fue la cabeza del levantamiento y para solucionar estos levantamientos Alejandro Magno usa una crueldad poco común y pasa por lar amas y vende como esclavos a los habitantes de esas ciudades que se sublevaron.
A los 22 años comienza sus campañas conquistadoras, la primera fue contra Persia, quien era el enemigo histórico de Grecia; a las orillas del río Granicus en Asia menos los macedonios derrotan a los asiáticos y de este modo gana la batalla contra las fuerzas persas del rey Dario III. De este modo comienza la expasión del Imperio de Alejandro Magno, y contrariamente a lo que él creía muchas ciudades griegas con economías florecientes (sometidas por los Persas), no apoyaban esta aventura expansionista.
La batalla de Issus, Siria es la victoria definitiva contra Dario III; Alejandro llega a otras regiones de Asia donde es recibido como un héroe. Luego de pasar por ciudades como Fenicia y Palestina llega a Egipto que le abre sus brazos, Alejandro gobernará por un largo periodo ese país, fundando ciudades más que importantes como Alejandría. Un dato curioso es que cuando gobierna Egipto respeta su religión y se autoproclama Faraón.
Un tiempo después se dirige hacia el centro del poder persa para terminar la conquista, de este modo cruza el Tigris y el Eufrates y se enfrenta al rey persa en la batalla de Gagamela, donde 40000 soldados griegos bajo una estrategia militar extraordinaria triunfan. Luego cae Babilonia y Sussa, y su ambición lo lleva a la capital persa (Persépolis) a la cual somete sin problemas.
Con todas estas conquistas Alejandro parecía no encontrar límites, y respetuoso de la cultura asiática lo que hace es buscar fusionar ambas culturas. Toda esta campaña dura más de 11 años, hasta el asesinato de Dario, todos estos años se notan en el deterioro del ejército, deterioro tanto físico como moral muy complicado de sostener, aunque Alejandro hace caso omiso a estas cuestiones. Por eso continúa por el desierto afgano, y con escasas provisiones pasa por Ecbatana, Bactriana y Sugdiana.
Alejandro decide partir hacia la India, aunque su ejército estuviera desconforme ya que estos solo querían volver a sus hogares. A orillas del Hispades derrota el rey Poro, llega a Patala y va a organizar el regreso a su tierra de todo su ejército. Pero toda la crueldad y ambición que este tenía, unido a sus excesos prepararían la pócima que lo llevaría a acabar con su vida. Así una noche después de una discusión con su mejor amigo Clieto, Alejandro lo asesina –dicen que lloro encerrado más de dos días- . A su regreso a Sussa va a contraer fiebre y finalmente muere a los 32 años de edad; las causas de su muerte son diversas algunos sostienen que muere de paludismo o malaria, para otros fue leucemia y algunos hasta sostienen que fue envenenado por Aristóteles.
Lo cierto de todo esto es que a pesar de sus conquistas y aventuras, el pueblo de Grecia lo veía como un tirano nefasto. Así y todo Alejandro Magno, fue el conquistador más grande que el mundo haya conocido, fundando y teniendo un imperio de más de 60 ciudades.