Es conocido por todos que durante la época escolar y la adolescencia los chicos puede sufrir de acoso escolar o también llamado bullying. Seguramente en el último tiempo hayan escuchado hablar más sobre este tipo de maltrato y es que las estadísticas revelan que la frecuencia del acoso escolar a aumentado en los últimos tiempos. Esto puede deberse a la creciente violencia que se está experimentando en nuestra sociedad actual a cualquier edad y en todos los estratos sociales, pero también a que hoy en día existen otras armas que pueden ser utilizadas por el agresor como son los mensajes de texto a través del celular o las redes sociales como Facebook. En este último caso el que maltrata crea una cuenta de Facebook falsa haciéndose pasar por la víctima para humillarlo y/o difamarlo.
Esta grave problemática social muchas veces pasa desapercibida en las instituciones y no es advertida por maestros y directores, tampoco los padres del niño agredido son conscientes de lo que le ocurre a su hijo porque este en general tiende a ocultar los hechos de violencia a los que es sometido. En otras ocasiones, cuando los daños son físicos, pueden ser advertidos por los adultos al descubrir moretones en el cuerpo de los chicos, siendo muy importante en estos casos el apoyo de los mayores para poder revertir esta situación.
El bullying puede revestir distintas formas de violencia, tanto física como psicológica. Abarca desde grandes palizas hasta graves agresiones verbales que conllevan terribles consecuencias sobre la destinataria de la agresión. Puede alterarse el normal desarrollo psíquico y emocional de la persona, incluso se pueden desencadenar alteraciones en su rendimiento escolar.
Normalmente el agresor es mayor en edad que la víctima, por lo que esta última se siente indefensa. Además quién sufre el bullying generalmente es un chico con personalidad pasiva, tímida y con pocos amigos, características que lo hacen más vulnerable a este tipo de maltrato. Otras veces son agredidos quienes tienen alguna particularidad física como ser gordos, usar anteojos o tener alguna discapacidad motriz.
Es increíble como los niños, que muchas veces son tan puros e ingenuos, pueden convertirse en una amenaza para sus pares. Mucho tiene que ver la familia en la que se desarrollan así como también la sociedad en la que están inmersos.