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Cómo funciona el aparato circulatorio

Habiéndote contado cómo funciona el corazón y la importancia de la acción de donar de sangre, te contaremos hoy, a lo largo de este post, cómo funciona el aparato circulatorio en su complejidad, también llamado aparato cardiovascular.

Tanto el corazón como el aparato circulatorio en su totalidad, constituyen una red capaz de enviar sangre a todos los tejidos del organismo. Esta sangre es capaz de, en cada latido, transportar oxígeno y nutrientes a todas las células. A diario viajan por nuestro cuerpo más de 7 mil litros de sangre, a muy alta velocidad, a través de una infinidad de vasos sanguíneos que se van ramificando para lograr el enlace de las células con los órganos y diferentes partes del cuerpo.

Como podrás ver, es el aparato cardiovascular la línea vital fundamental de nuestro cuerpo. Y… ¿En qué consiste? Veamos.

El aparato circulatorio está compuesto por uno de los órganos fundamentales del cuerpo humano: el corazón. También forman parte de él los vasos sanguíneos, que incluyen venas, arterias y capilares. Nuestro organismo consta de dos aparatos circulatorios, divididos en circulación pulmonar y circulación sistémica. La primera hace referencia a un circuito corto del corazón a los pulmones -y viceversa-, mienta que la sistémica es la que se encarga de enviar sangre desde el corazón a todas las demás partes del cuerpo.

Así como lo mencionamos líneas más arriba, es el corazón el órgano clave de nuestro aparato circulatorio. El mismo tiene como principal función impulsar sangre a todo el cuerpo a través de sus latidos (suele latir de 60 a 100 veces por minuto). Es el propio cuerpo humano el que le envía la información necesaria de cuánta sangre bombear, dependiendo siempre de las necesidades y condiciones de cada persona. Mientras dormimos, el bombeo el proporcional a ello, siendo mucho menor que cuando nos encontramos haciendo alguna actividad o, simplemente, despiertos.

Cuatro cámaras son las que rodean por paredes musculares al corazón, el cual se encuentra ubicado entre los pulmones y, apenas, a la mitad izquierda de la cavidad torácica. El extremo inferior del corazón está dividido en dos cámaras: ventrículos derecho e izquierdo, cuya función principal es expulsar la sangre del corazón. Por otro lado, el extremo superior del corazón se encuentra dividido por otras dos cámaras: aurículas derecha e izquierda, teniendo como función principal el recibir la sangre que ingresa al órgano.

Las arterias, por su parte, son las encargadas de transportar sangre fuera del corazón debido a que son los vasos sanguíneos más gruesos, portadores de paredes musculares capaces de contraerse para mantener firme el movimiento de circulación de la sangre. En la circulación sistémica de la que hablábamos más arriba, la sangre -rica en oxígeno- es expulsada del corazón a la aorta.

La otra gran arteria del cuerpo es la pulmonar, capaz de transportar sangre con poco oxígeno. Las arterias constan de paredes que tienen tres planos: el endotelio -plano interior-, el medio -plano central- y la adventicia -plano exterior-.

A medida que van alejándose del corazón, las arterias se ramifican en arteriolas, más pequeñas y flexibles.

Por otro lado tenemos también las venas, vasos sanguíneos que transportan la sangre de regreso al corazón. Si bien no son tan musculares como las arterias, poseen válvulas que impiden que la sangre regrese hacia atrás. Tienen los mismos tres planos que las arterias, pero más delgados y menos flexibles. Las dos venas más grandes del cuerpo humano son las venas cavas superior -ubicada por encima del corazón- e inferior -ubicada por debajo del corazón-.

Lo que conecta a las venas con las arterias son los capilares que, a pesar de ser muy pequeños (casi diminutos), constituyen una de las partes más relevantes del aparato circulatorio. A través de ellos se transporta oxígeno y distintos nutrientes a las células.

Del mismo modo que el resto de los aparatos de nuestro cuerpo, el circulatorio se encuentra en constante trabajo y cooperación. Es capaz de proporcionar el oxígeno y los nutrientes necesarios al organismo, trabajando siempre en conjunto con el aparato respiratorio. Asimismo, el aparato circulatorio es capaz también de transportar desechos y dióxido de carbono fuera del cuerpo humano.

Probablemente te hayas preguntado, en alguna ocasión, sobre el proceso de latido del corazón. Un latido cardíaco completo forma lo que se llama un ciclo cardíaco, compuesto por dos fases importantes: sístole y diástole. La primer fase se da cuando los ventrículos se contraen enviando sangre a la circulación pulmonar y sistémica, mientras que la segunda fase ocurre cuando los ventrículos se relajan y reciben la sangre que viene de las aurículas.

Al igual que los diferentes órganos del cuerpo humano, el corazón -y asimismo el aparato circulatorio-, pueden sufrir diversos trastornos que, más de una vez, suelen ser bastante comunes. Este tipo de trastornos se agrupan en dos categorías: los congénitos, problemas ya establecidos al momento de nacer, y los adquiridos, que se van desarrollando con el paso de los años. Entre los trastornos más comunes podemos encontrar:

  • Anomalías congénitas del corazón
  • Arritmia
  • Miocardiopatía
  • Enfermedad de la arteria coronaria
  • Hipercolesterolemia (colesterol alto)
  • Hipertensión (Presión sanguínea alta)
  • Cardiopatía reumática

Para impedir que estas anomalías aparezcan, se recomienda una alimentación saludable y mucho ejercicio físico, además de controles médicos regulares y un buen peso. Estas condiciones te llevarán a evitar problemas a largo plazo, como la hipertensión y la cardiopatía.