Continuando con “Diseño de un intercambiador de calor (I)” se abarca en esta oportunidad las especificaciones sobre la pérdida de carga de las corrientes.
A la hora de diseñar un intercambiador de calor, vimos que uno de los parámetros importantes a tener en cuenta era el coeficiente global de transferencia (“Introducción al diseño de un intercambiador” y “Coeficientes de transferencia y resistencia de ensuciamiento”). Cuanto mayor sean los coeficientes de transferencia mayor será la velocidad de intercambio de calor. La forma de mejorar el valor de este coeficiente es aumentado la velocidad de flujo.
Además vimos en “Intercambiadores de doble tubo”, que desde el punto de vista de la transmisión de calor es preferible utilizar un tubo de pequeño diámetro y gran longitud, antes que otro más corto pero de mayor diámetro ambos con la misma área de transferencia. Hecho que se opone a lo anterior.
El diseño más acertado estará relacionado entonces con la pérdida de carga (caídas de presión). El aumento de velocidad acarrea un aumento en la pérdida de carga de los fluidos; pero esta pérdida de carga no puede ser cualquiera ya que se haya relacionada con el resto de los equipos que integran el proceso.
Si el intercambiador debe ser instalado en un proceso existente, la pérdida de carga máxima tolerable para cada fluido es un dato al que debe ajustarse el diseño (teniendo en cuenta las presiones que necesitan el resto de los equipos se calcula la pérdida de carga a la cual operará el intercambiador).
En el caso que el equipo esté destinado a un nuevo proceso, puede ocurrir que sea el diseñador quien fije el valor de la pérdida de carga con que trabajará el intercambiador, y luego se especificarán las bombas necesarias para vencer esta caída de presión. En este caso, el problema será el de balancear un mayor costo de intercambiador contra una mayor potencia de bombeo, debiéndose adoptar la opción más económicamente más conveniente.
Se continúa en “Diseño de un intercambiador de calor (III)”.