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El Gueto de Varsovia

Un nuevo modo de control social fue reimplantado por las nazis en Europa, en el año 1939, tras haber sido abolido en el siglo XIX: el Gueto. Este término habría sido muy utilizado para referir a zonas humildes, con pobreza extrema, pero en realidad el origen del mismo viene de la mano de zonas amuralladas de las propias ciudad europeas, en las que los judíos podían permanecer sin ser condenados a muerte. Hoy hablaremos de uno en particular, el Gueto de Varsovia, una de las poblaciones que más complejidad tenía en cuanto a funcionamiento social.

 

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Campos de concentración en Varsovia

Como decíamos, el gueto estaba rodeado por un muro en cuya parte superior había alambrados que dividían distintos refugios. Sus entradas, claro, estaban vigiladas las 24 horas; los movimientos de entrada y salida estaban totalmente controlados. Las condiciones de vida a las que se sometían eran totalmente denigrantes, con sólo decir que la media por habitación era de trece personas.

El plan que tenían los alemanes para exterminar a la población judía no era muy difícil de entender: establecían guetos como modo de vigilancia constante para luego enviarlos a los campos de concentración. El Gueto de Varsovia fue, en Polonia, sin lugar a dudas uno de los más importantes durante la Segunda Guerra Mundial.

En el año 1940 se dio un comunicado en el cual se indicaba que todos los judíos de Varsovia debían concentrarse, el día 31 de Octubre, en un sólo sector. Tras vencerse el plazo, los portones del gueto se cerraron y la vigilancia alemana no se movió del lugar.

Nuevos refugiados fueron apareciendo, por lo que era necesario construir más casas o sitios de albergue, pero los alemanes optaron por reducir aún más la superficie del gueto. Esto fue generando epidemias, hambre y mucha miseria; la situación del lugar era cada vez más desastrosa, transformándose la población judía en una sociedad totalmente agonizante.

Gran cantidad de muertos yacían sobre el piso, desnudos o envueltos en papeles sucios. Los anónimos eran arrojados en fosas comunes, y los reconocidos eran honrados por otros judíos, a quienes se les obligaba a depositarlos sobre la calzada en las noches.

 

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En el Gueto de Varsovia, sólo un hombre de 138 tenía trabajo; por lo general, trabajan en fábricas de origen alemán, en la parte de confección de trajes militares y armas. También estaban los que trabajan en las vías férreas o establecimientos militares.

Los judíos pertenecientes al gueto debían llevar, de manera obligada, un brazalete con la «Estrella de David», la hoy conocida como estrella de seis puntas. Allí dentro se fueron formando centros de protección social con el objetivo de brindar ayuda a quienes más la necesitaban, sobre todo a los enfermos, huérfanos y niños. También se crearon centros de educación clandestinos para que lo más jóvenes no perdieran sus estudios.

Con el paso del tiempo, movimientos de judíos decidieron preparar una lucha armada, los cuales no tardaron en ser deportados a los campos de concentración. Así fue como se llevaron adelante la Organización Combatiente Judía y la Organización Militar Judía.

En el año 1943 se produjo el primer enfrentamiento entre alemanes y judíos; en enero de ese mismo año, los alemanes interrumpieron las calles del gueto y llevaron un control de las entradas. La lucha duró cuatro días, y terminó cuando el último alemán logró salir del gueto.

Los judíos no dudaron que los alemanes volverían a su ataque, por lo que decidieron construir refugios con entradas secretas. De este modo fueron comprendiendo que el secreto estaba en luchar contra el enemigo.

 

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El verdadero enfrentamiento se produjo en abril de 1943, dividido en dos períodos: el primero ocurrió del 19 al 21 de abril, donde los alemanes hicieron uso por primera vez del fuego para generar su ataque, y el segundo fue el que provocó los incendios.

Finalmente, el 16 de mayo, los alemanes lograron dinamitar la Sinagoga judía y el enfrentamiento culminó. Habían destruido por completo el gueto, quedando tan sólo un pilar de escombros.