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El hierro en las dietas

Una dieta que contenga hierro es fundamental para el buen funcionamiento del organismo, ya que este es importante para la formación de la hemoglobina, que es proteína que se encarga de transportar el oxígeno desde los órganos respiratorios a los tejidos.

El hierro que hay que consumir varía según el físico y el estado del individuo, pero aproximadamente en condiciones normales la ingesta que se aconseja está entre los 7 y 16 miligramos diarios; aunque en las mujeres se aconseja extenderlo a los 20, más que nada en los periodos fértiles.

La falta del mismo puede causar anemia, bajo rendimiento, escaso apetito, dificultad de concentración,  debilidad de uñas y cabello, entre otros.  Esta carencia puede originarse por varias razones como por ejemplo la elevada ingesta de té, café, y bebidas alcohólicas; además otras causantes son las dietas bajas en proteínas, abuso de grasas, azúcares o harinas.

En la mujer el consumo de hierro es fundamental, y más que nada durante el embarazo; a partir del segundo trimestre la mujer necesitará consumir al menos 30 mg por día, para garantizar el aporte del oxígeno necesario para el bebé. También hay que tener en cuenta que una anemia no tratada durante el periodo de gestación puede incrementar los riegos de parto prematuro, deficiencias fetales, bajo peso del niño el incluso peligro de mortalidad materna post parto.

Los alimentos más ricos en hierro son los de origen animal, como carnes rojas, yemas de huevos, leche, pescados y mariscos. También aportan hierro las legumbres, frutos secos, el perejil, los cereales, las espinacas y la harina de maíz. Y como el mismo se asimila mejor con la vitamina c, se recomienda combinar la ingesta con alimentos que tengan también dosis altas de esa vitamina como la naranja, el brócoli, el kiwi, el hígado y la carne de pollo.