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La energía térmica

Cuando hablamos sobre la energía térmica, también llamada calórica o calorífica, nos remitimos a pensar en aquella energía transmitida en forma de calor. Cualquier material presente en la Tierra está constituido por moléculas que se encuentran en constante movimiento, trasladándose o vibrando, lo cual implica la presencia de una determinada energía cinética en ellas a la que se le otorga el nombre de calor, energía térmica o calorífica.

 

Energía calórica

Si aumentamos lentamente la temperatura de un material, aumentará, claro, su energía térmica. Pero es muy importante mencionar que no siempre que aumente la energía térmica de un cuerpo va a aumentar también su temperatura pues durante los cambios de fase la misma se mantiene constante.

La unidad de medida de la energía térmica es el Julio (J), de acuerdo a lo indicado en el sistema internacional de medida. Suelen también utilizarse las calorías, siendo equivalente una caloría a 4,18 julios.

La transmisión de energía térmica de un cuerpo a otro sigue una serie de leyes termodinámicas que se manifiestan de tres modos diferentes: por radiación, por conducción y por convección.

El primero de los casos implica una transmisión de energía térmica a través de ondas electromagnéticas. Aquí, la energía llega desde el Sol.

En el caso de transmisión de energía térmica por conducción, la misma ocurre en presencia de un cuerpo caliente en contacto físico con otro más frío; la transmisión se dará siempre del cuerpo caliente hacia el frío. Si ambos cuerpos se encuentran a la misma temperatura, no habrá transferencia de energía.

Por último, cuando la transmisión es por convección, las moléculas calientes se trasladas de un lado a otro. Un claro ejemplo de ello es el viento, capaz de mover moléculas con cierta energía calorífica de un lugar a otro.