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La vida de Napoleón Bonaparte

Grandes íconos de la historia han pasado por este blog de Neetescuela y Napoleón Bonaparte no se queda atrás. Un enorme ícono (incluso pop, si me lo permitís, ya que ha aparecido en muchos dibujos animados, cómics, historias ficticias) casi tan caricaturizado como Hitler, que ha sido una pieza clave para la Revolución Francesa pero que, asi como ascendió, cayó (la batalla de Waterloo). Hoy veremos, de forma resumida, cómo fue la vida de Napoleón Bonaparte y por qué es tan recordado en la historia mundial.

Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, la capital de la actual Córcega. Tuvo una infancia difícil por la pobreza, aunque la vida le sonrió un poco cuando el revolucionario Robespierre le consiguió un puesto de capitán. Aunque se llevaban tan mal que Napoleon terminó en la cárcel, de donde salió a los 24 años. De allí fue a París y se metió en departamento de operaciones para estar más al tanto de la actualidad de su país. Fue allí donde conoció a su esposa Josefina.

La vida de Napoleón continuó y lo mandaron a Italia para hacer frente a austriacos y piamonteses. Contaba con un ejército muy pedorro, pero sus habilidades militares y estratégicas le hizo ganar la batalla y quedó como héroe. Se le subieron los humos a la cabeza y controló bajo sus propios medios la península italiana, lo cual no gustó mucho en los franceses. Por eso lo mandaron a Egipto a luchar, y aunque perdió Napoleón seguía siendo visto como héroe en París.

El 9 de noviembre de 1799 finalmente organizó un gole de Estado. Dijo que el poder iba a estar dividido en tres personas, pero realmente era una dictadura absoluta con él al mando. Tenía título de cónsul para diez años nomás, aunque en 1802 logró que se lo hicieran vitalicio. Finalmente en 1804 el Senado lo nombró Emperador.

Pese a que el emperador dominaba grandes partes de Europa, Gran Bretaña y Rusia se le resistían. Y fue así, en el frío invierno de los rusos, que toda Europa se cansó de tanta guerra y el Emperador perdió legitimidad. Tras la batalla de Leipzig, en 1813, Napoleón comenzó su caída. Pese a que volvió a Francia y fue elegido como Emperador de nuevo, su mandato duró 100 días luego de la ya nombrada Batalla de Waterloo.

Finalmente, Napoleón Bonaparte murió exiliado el 5 de mayo de 1821 en Santa Elena, un islote africano.