[…] -Fosforilación oxidativa: este procesos es un poco más complicado que el anterior porque además requiere sí o sí la presencia de oxígeno en el medio. Consiste en la oxidación (cuando una molécula se oxida pierde electrones) de moléculas orgánicas como por ejemplo la Glucosa o los lípidos, y la consecuente reducción (captación de electrones) de otras moléculas nucleotídicas, el NAD y el FADH. Éstas moléculas tienen la capacidad de acumular energía en forma de poder reductor. Luego cederán esta energía a una cadena transportadora de electrones, situada en la mitocondria de las células eucariotas y en la membrana plasmática de los organismos procariotas aeróbicos, generando un gradiente de protones que permitira la síntesis de ATP por una enzima denominada ATP sintetasa, ubicada en las crestas mitocondriales. Este proceso es un tanto difícil de llevar a cabo pero tiene la ventaja de que se pueden obtener una cantidad de energía mayor que la que se obtienen de la Fosforilación a nivel del sustrato. Concretamente, por cada molécula de glucosa oxidada se obtienen entre 30 y 32 ATP. Si se oxidan lípidos la ganancia neta de ATP aumenta a más de 100 moléculas. (Para mayor información sobre la oxidación de la glucosa pueden remitirse a la nota Metabolismo de la Glucosa). […]

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