En química muchas veces es necesario separar una mezcla de sustancias en dos o más productos diferentes; para ello se utilizan los procesos de separación. La separación puede basarse en propiedades químicas, como la densidad o la solubilidad, o en propiedades físicas, como el tamaño de partícula.
Dentro de los procesos de separación químicos (o basados en las propiedades químicas), pueden encontrarse la evaporación, la destilación, la humidificación, la extracción, la cristalización, la adsorción, el intercambio iónico, la lixiviación y la absorción. Cabe destacarse, que en todos estos procesos de separación, partiremos de una mezcla y el producto logrado serán dos fases diferentes. En esta oportunidad se trata la Absorción.
La absorción es un proceso de transferencia de masa en el cual un soluto vapor A en la mezcla de gases es absorbido por medio de un líquido en el cual el soluto es soluble. El líquido también es casi inmiscible en la fase gaseosa; esto es, su vaporización en la fase gaseosa es poco considerable. Un ejemplo, es la absorción en agua del amoníaco de una mezcla aire-amoníaco. Posteriormente, el soluto se recupera de la solución mediante destilación. Otro es la absorción de disulfuro de azufre (SO2) de gases de combustión en mezclas alcalinas.
Para que el contacto entre el líquido y el vapor sea eficiente, en los procesos de absorción y destilación, muchas veces se usan torres de platos. El tipo más común de dispositivo de contacto es el de platos perforados. En este equipo, el vapor burbujea hacia arriba por los hoyos sencillos del plato a través del líquido que fluye. Pueden utilizarse también los platos de válvulas que opera a un intervalo mayor de tasas de flujo que el plato perforado. Se utiliza en mayor medida que la torres de platos perforados, aunque tenga un costo superior. Otro equipo que se utiliza en gran medida es la torre empacada, que se utiliza para un contacto continuo entre el gas y el líquido.