Saltar al contenido

Qué es el Ártico

Quizá lo primero que se te viene a la mente al escuchar la palabra Ártico son cuestiones relacionadas a los océanos, los glaciares o lugares del mundo con temperaturas muy bajas. Y no estas del todo errado; a lo largo de estas líneas te contaremos qué es el Ártico y analizaremos el por qué de esta relación con sitios más bien fríos de nuestro planeta Tierra.

Clima del Ártico

El Ártico es, como pensábamos, una región muy fría situada en la región más septentrional (o al Norte) de nuestro planeta, rodeando casi en su totalidad al Polo Norte. Es muy importante que no lo confundas con el Círculo Polar Ártico, pues esta es sólo una línea imaginaria del globo terráqueo que marca el contorno del Ártico.

Esta región no sólo incluye a Groenlandia y la zona norte de Canadá, sino que también abarca ampliamente a Rusia, Alaska, Noruega, Finlandia, Islandia, Suecia, Islas Aledañas y al océano Ártico.

Si tenemos en cuenta que el Ártico forma parte del bioma de la Tundra, nos lo podemos imaginar como un sitio amplio y desolado a simple vista, sin vegetación ni rastros de vida animal pero, contrariamente, resulta ser un territorio extenso, lleno de organismos marinos, terrestres, aéreos e incluso se pueden ver asentamientos humanos en la zona. El suelo del lugar se encuentra recubierto por capas de hielo grueso permanente que parecería tener más de 800 mil años.

Los océanos que rodean el Ártico están revestidos de hielo marino, tratándose de un hielo flotante muy grueso que llegar a alcanzar en marzo unos 15 millones de kilómetros cuadrados, y en septiembre unos 6.5 millones de kilómetros cuadrados.

En todos los tiempos se ha visto vida animal en las regiones árticas. Muchas especies fueron evolucionando a través del tiempo hasta convertirse en lo que hoy son; otras se fueron extinguiendo por diversas causas y otras tantas emigraron en dirección a distintas latitudes que se adecúen a su estilo de vida. Restos fósiles hallados en el lugar permitieron descubrir la vida de dinosaurios de hace unos 70 millones de años: allí habitaban, por ejemplo, los Chasmosaurus, Hypacrosaurus, Troodon y Edmontosaurus. Estudios arqueológicos demuestran que estas cuatro especies migraban al norte en épocas de verano, regresando a lugares más cálidos durante el invierno.

La vida de los mamut en el Ártico ha de ser un ejemplo mucho más actual. Durante el año 2013 se realizó una investigación en el lugar que permitió hallar restos de mamut hembra de hace aproximadamente 10 mil años. Lo que más ha llamado la atención es la conservación intacta del tejido muscular y la sangre líquida, pues investigadores afirmaron que con el material genético extraído de aquellos restos fósiles, el mamut podría llegar a ser clonado.

El zarapito esquimal y el alca gigante son dos ejemplares que no hace mucho tiempo habitaban las tierras del Ártico. Se dice que del primero aún se conservan ejemplares vivos, pero sin embargo nadie ha podido comprobar su existencia en los últimos 50 años. La extinción de ambas especies fue causada por el más temible depredador de todos los tiempos: el hombre.