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Quién fue Atenea

Historias mitológicas te hemos contado muchas; una de ellas, por ejemplo, fue la de Sísifo. Hicimos hincapié también en la historia propia de la mitología, presentándote algunos de los dioses más populares y que mayor importancia han tenido con el correr de los años. A través de este post queremos contarte hoy quién fue Atenea, cuya figura es representada en la actualidad con una lanza, el casco y la égida. Veamos un poco más sobre esta diosa griega que ha revolucionado la era mitológica.

Biografía de Atenea

El animal favorito de Atenea era la lechuza, y su planta de preferencia el olivo. En cuanto a las características físicas que la representan podemos observar una gran altura, rasgos serenos, majestuosa; tan remarcadas han sido estas características que se la conoce como la «diosa de ojos garzos».

Atenea proviene del latín Minerva; hija de Zeus y Metis, nacida a orillas del lago Tritonis, en Libia. En su nacimiento, la joven emitió un grito de guerra que resonó en cielo y tierra. La joven fue muy importante en los momentos de lucha contra los gigantes, dando muerte a Palante y Encélado. Una vez eliminado el primero, ella hizo una coraza con su piel; en relación al segundo, logró perseguirlo hasta Sicilia, donde pudo inmovilizarlo y arrojarlo a una isla.

En el escrito de la Ilíada, Atenea es partícipe de la lucha al lado de los aqueos; protege también a Heracles en el combate. A modo de agradecimiento, éste le dio manzanas de oro de las Hespérides.

Por su parte, en el escrito de la Odisea, la diosa brindó ayuda a Ulises para su regreso a Ítaca. Al mismo tiempo, le brindaba su asistencia actuando por metamorfosis, tomando parte de un montón de figuras mortales. Le confiere, además, una belleza sobrenatural que lo ayudará a cautivar a las jóvenes que desee. También ruega a Zeus a favor de su protegido, y es quien provoca la orden dada a Calipso de dejar libre a Ulises.

Atenea había logrado dedicar todo su talento a las artes pacíficas, y en Ática se le reconocían, entre otras, la invención del aceite de oliva y la introducción de olivo en el país. Ante ello, se disputó contra Poseidón por la soberanía, tratando de ofrecer cada uno de ellos lo mejor al país.

Ella permaneció virgen pero la historia cuenta que tuvo un hijo: tras ir de visita a lo de Hefesto, quien había sido abandonado por Afrodita, se prendó de Atenea en cuanto la vio y comenzó a perseguirla. Ella huyó de él, pero logró alcanzarla y cogerla en brazos. Así nació Erictonio, a quien Atenea consideró hijo suyo, lo educó y quiso hacerle inmortal.