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Química en acción – Protección de metales

¿Cómo funciona un extintor? ¿Por qué el nitrógeno líquido puede achicar un globo inflado? ¿Cómo creamos tinta invisible? ¿Cómo reconocemos un huevo duro de uno crudo? Estos y muchos más misterios de la química y la física se resolverán en esta nueva sección de “Química en acción”. Hoy explicaremos porqué cuando compramos alguna chapa metálica viene recubierta por una capa fina de aceite.

Vamos a necesitar: tres clavos, dos vasos, agua y aceite. Llenen los vasos con agua y coloquen en cada uno un clavo. En uno de los vasos agreguen una capa de aceite y dejen reposar por varios días. Usen el tercer clavo de base para comparar los cambios en cada clavo sumergido. Al pasar los días, podrán ir viendo como el clavo sumergido en agua sola, está oxidado y el que está en agua y en aceite permanece intacto o casi intacto.

La mayoría de los metales al entrar en contacto con el oxígeno presente en el aire, se oxidan; el oxígeno reacciona con el material del metal para dar el óxido correspondiente. Está reacción continuará hasta que todo el metal esté cubierto por una capa de óxido que cumple un papel de aislante. El óxido no deja que el aire y el metal estén en contacto, por lo que la reacción de oxidación se frena.

Qué sucede en nuestro caso? En el agua también podemos encontrar oxígeno disuelto. Al sumergir el clavo en agua, entrará en contacto con dicho oxígeno y se producirá la reacción de oxidación. Como el vaso está destapado y en contacto con el aire, a medida que el oxígeno disuelto en el agua se consuma por la reacción, el oxígeno del aire pasará al agua. Por lo que la reacción continuará teniendo oxígeno para llevarse adelante. El clavo del vaso que tiene la capa de aceite encima permanece casi intacto ya que el oxígeno del aire no puede disolverse en aceite; por lo que, una vez consumido el oxígeno del agua la reacción de oxidación ya no tiene forma de llevarse adelante. El aceite protege al clavo de oxidarse.

Esto mismo puede verse aplicado cada vez que se compra alguna chapa metálica. Al tacto nos daremos cuenta que están recubiertos por una capa de grasa o aceite, que lo protege de oxidarse.