Salvador Dalí fue un pintor español considerado uno de los máximos representantes del surrealismo.
Salvador Dalí nació el 11 de mayo de 1904, en Figueras, provincia de Gerona. El hermano mayor de Dalí, también llamado Salvador (nacido el 12 de octubre de 1901) había muerto de un «catarro gastroenterítico infeccioso» unos nueve meses antes (el 1 de agosto de 1903) por lo que decidieron ponerle el mismo nombre. Esto marcó mucho al artista posteriormente, quien llegó a tener una crisis de personalidad, al creer que él era la copia de su hermano muerto. Su padre, Salvador Dalí i Cusí, era abogado de clase media y notario, de carácter estricto suavizado por su mujer Felipa Domènech i Farrés, quien alentaba los intereses artísticos del joven Salvador. Con cinco años, sus padres le llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que él llegó a creer.De su hermano, Dalí dijo:
…nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos reflejos diferentes…Mi hermano era probablemente una primera visión de mí mismo, pero según una concepción demasiado absoluta.
A la edad de 16 su madre murió a consecuencia de un cáncer de mama. «fue el golpe más fuerte que he recibido en mi vida. Le adoraba. No podía resignarme a la pérdida del ser en quien contaba para hacer invisibles las inevitables manchas de mi alma». Tras su muerte, el padre de Dalí contrajo matrimonio con la hermana de su esposa fallecida.
Salvador se enamoró de Gala en 1929 y con ella gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy.
En 1936 se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública internacional. Dalí escribió: «Lorca tenía personalidad para dar y vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier español.»
En 1938 conoce por fin, gracias al escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas de Breton, sino que por el contrario se considera el único y más genuino exponente.
El 20 de julio de 1938, tras el encuentro, Freud anotó en su diario: «Hasta entonces me sentía tentado de considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como locos integrales . Aquel joven español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar mi opinión». Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes retratos del «santo patrón» de los surrealistas.