El 24 de Marzo último se conmemoro un aniversario más del golpe de estado ocurrido en el año 1976. Este golpe militar hundió a la sociedad argentina en el proceso histórico más oscuro.
Las atrocidades cometidas durante la dictadura resultan de difícil credibilidad, y solo se han conocido horrores semejantes a través de las crónicas de otros países.
Las violaciones sistemáticas a los derechos humanos fue moneda corriente durante la última dictadura militar. Muchas veces esta etapa de violencia respaldada por la impunidad y el poderío absoluto del Estado, donde se secuestro, torturo y asesino a miles de seres humanos es acompañado por la incredulidad de algunos que responden con un ¿Será cierto?. Esta forma de sustraerse del dolor de algunos debe ser acompañada por la necesidad y la responsabilidad de saber de otros, de recontar y repensar esta etapa de nuestra historia reciente para evitar que se repita, para que todos y cada uno de nosotros pida un NUNCA MÁS.
Después de 35 años del nefasto golpe de estado, y ante la falta de arrepentimiento de los responsables, las exigencias de verdad, justicia y memoria están instaladas como demandas centrales dentro de la sociedad.
Es responsabilidad de las instituciones constitucionales de la República el recuerdo permanente de esta cruel etapa de la historia argentina como ejercicio permanente y colectivo de la memoria, con el fin de enseñarle a las futuras generaciones las consecuencias irreparables que trae aparejada la sustitución del Estado de derecho por la aplicación de la violencia ilegal por quienes ejercen el poder del Estado.
En esta fecha no podemos dejar de recordar a nuestras Madres de Plaza de Mayo, emblema de la lucha por la verdad, justicia y la memoria.
Vía: Elhistoriador; MinisteriodeEducacion