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29 años de democracia

Veníamos transitando en el país una serie de dictaduras cruentas, nefastas, donde la muerte caminaba día y noche por las calles sin pedir permiso; hasta que finalmente el 30 de octubre de 1983 los argentinos votaron por una democracia de ciudadanos, y Raúl Alfonsín fue electo presidente argentino casi por un 52%, junto a su compañero de fórmula Víctor Martínez.

En la memoria de muchos, queda esa imagen imborrable donde cientos, miles de personas esperaban a Alfonsín y lo ovacionan al salir al balcón. Desde ahí, impregnado por la emoción de volver a la democracia, de poder elegir y vivir libres, Raúl da un discurso que no es fácil de olvidar.

Como sostenía Raúl Alfonsín, “con la democracia se come, se cura, se educa”, refiriéndose a que es la democracia la que debe brindar contención a todos los argentinos por igual, sin distinciones de ninguna naturaleza. El retorno a la democracia significó, no solo el renacer del sufragio, sino además la defensa de las garantías individuales y derechos humanos.

Alfonsín fue una persona democrática antes y después del 83, y en sus decisiones ponía siempre de manifiesto el amor a la vida, al país y a la justicia, una gran prueba de ello es que a pesar de ganar casi por un 52% de los votos llamo a trabajar a todos los sectores políticos para gestar un nuevo país, más justo y participativo.

Alfonsin y Sabato

Hace 29 años ininterrumpidos que vivimos en democracia, gracias a eso muchos jóvenes –me incluyo- no hemos sido víctimas de las dictaduras sino que hemos podido vivir y crecer libres. Hoy más que nunca tenemos que alzar nuestra voz para decir NUNCA MAS, y recordamos al gran Raúl Alfonsín, quien como decía su campaña electoral: no fue una salida electoral, fue una entrada a la vida.