Si nos detenemos a hablar sobre el aprendizaje apreciativo, comenzaremos diciendo que el mismo mantiene una estrecha relación con los valores y aspectos actitudinales de las personas en situación de aprendizaje. Si a esas personas las ubicamos en contexto educativo, se tratará de formar en ellas la capacidad de reconocer y elegir lo que les resulta positivo y favorable para sus vidas, buscando despertar en ellos sentimientos y sensaciones de admiración, rebeldía, respeto, enojo, alegría y mucho más.
Finalidad del aprendizaje apreciativo
Cuando nos encontramos frente a una obra de arte que nos deslumbra, cuando admiramos la belleza de la naturaleza o simplemente nos conmovemos con hechos históricos, estamos no solo aprendiendo con la mente sino también con el alma, y ello llevará a obtener aprendizajes más intenso, duraderos, integrales, con un único fin: contribuir a la formación de personas capaces de vivir en libertad pero con responsabilidad y criterio.
De eso se trata el aprendizaje apreciativo. De educar y no adoctrinar; de sentir rechazo hacia valores negativos por decisión propia. De aprehenderse de lo positivo como algo bello, con un fin moral y práctico. Poder elegir y apreciar libremente nuevos conocimientos.