Hoy en este día super lluvioso nos ponemos a pensar en las profesiones del futuro, en este caso relacionando dos cosas: una noticia estadística y una profesión clásica como es la abogacía.
La noticia estima -a través de un estudio- que para el 2030 mas de 65 millones de personas estarán dementes a nivel mundial, esto quiere decir que muchísimos de nosotros vamos a estar medios desequilibrados mentalmente, uf! el mundo ya es un locura, imaginen para el 2030 lo que nos espera!
Seguramente esta cifra alarmante se debe afirmar teniendo en cuenta el modo de vida que actualmente llevamos: un ritmo de vida lleno de estres, contratiempos, exigencia al máximo, lo cual hace que cada día mas nos enfermemos, vivamos en psicólogos y demás situaciones que no son de las mas agradables.
Si tenemos en cuenta todos estos factores realmente podríamos predecir que la cifra de las personas con problemas mentales van a aumentar, y de modo alarmante. Entonces imaginen lo que son capaces de hacer este tipo de personas, que generalmente tienen conductas impulsivas y pueden infringir leyes fácilmente.
Es acá cuando los abogados de dementes entrarían en acción, ¿cómo? pues defendiendo a estas personas que quizás no cumplen del todo las leyes. Pero tratar con personas dementes no es tan fácil y seguramente los abogados deberán aprender a relacionarse con estas, conquistar nuevas estrategias de defensas y argumentar bien porque han hecho eso.
Las diferencias con un abogado convencional son muchas, porque de entrada estos saben que están tratando con personas mal pscilogicamente, y que seguramente son culpables y de este modo de entrada tienen que argumentar el porque de estas conductas no apropiadas y tratar de que sus clientes salgan: inocentes.