La elección del solvente adecuado en un proceso de absorción de gases, llevará al mejor rendimiento y al menor gasto económico. Para ello, hay un cierto número de reglas que nos permiten guiarnos a la elección correcta.
*Costo: el agua es el solvente más barato. Interesan sobre todo las pérdidas de solvente que siempre se producen.
*Solubilidad del gas: Debe ser elevada, con ella aumenta la velocidad de transferencia, los equipos se abaratan y se reduce la cantidad de solvente que debe circular. Solventes de naturaleza química similar a la del gas a absorber. Debe evitarse que el gas reacciones químicamente con el líquido, porque más allá de que la solubilidad es elevada, si luego fuese necesario recuperar el gas o el solvente, la reacción ha de ser reversible.
*Viscosidad: Siempre se prefiere un solvente de baja viscosidad ya que aumenta los coeficientes de transferencia de masa y calor y se reducen los costos operativos (costo de bombeo).
*Volatilidad: Siempre se transfiere alfo del líquido al gas y del gas al líquido, hasta alcanzar el equilibrio. Se prefiere elegir un solvente con baja presión de vapor para despreciar las transferencias.
*Misceláneas: Si es posible el disolvente no debe ser tóxico, ni inflamable. Debe ser químicamente estable y tener bajo punto de congelamiento.