Cada año mueren miles de personas y muchas más resultan heridas a causa de los conductores ebrios. A pesar de los esfuerzos realizados para educar al público acerca del peligro que representa manejar cuando se está intoxicado y de las sanciones que se imponen a los conductores ebrios, las autoridades aún tienen mucho por hacer para quitar de las carreteras de a los conductores ebrios.
La policía utiliza a menudo un dispositivo llamado analizador de aliento para examinar a los conductores que se sospecha están ebrios. El fundamento químico de este dispositivo es una reacción redox. Una muestra de aliento del conductor se introduce en el analizador de aliento, donde se trata con una disolución ácida de dicromato de potasio. El alcohol (etanol) en el aliento es convertido en acido acético, como se muestra en la siguiente reacción:
3CH3CH2OH + 2K2Cr2O7 + 8H2SO4 ——–à 3CH3COOH + 2Cr2(SO2)4 + 2K2SO4 + 11H2O
En esta reacción, el etanol se oxida hasta ácido acético y el cromo (VI) del ión dicromato, de color amarillo anaranjado, se reduce a ion crómico (III), de color verde. El nivel de alcohol en la sangre del conductor se puede determinar fácilmente midiendo la magnitud de este cambio de color (el cual se lee en una escala calibrada del instrumento). El límite legal en Argentina aceptado para el contenido de alcohol en sangre es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Cualquier valor que exceda este límite se considera como intoxicación.