Considerado por muchos como el padre de la sociología y del positivismo, en este jueves voy a contarte sobre la vida y obra de Augusto Comte, un pensador francés que nació en 1798 en Montpellier.
Procedente de una familia católica y monárquica, rompe con esta tradición y se vuelve agnóstico y con ideas revolucionarias para la época. Se vinculo desde muy temprano -1817- con el socialista Saint-Simon, con el cual trabajaría hasta pelearse en 1824.
Lo que hará grande y trascendente a Comte –aún cuando no se considera como uno de los grande clásicos de la sociología-, es descubrir el problema social, y dedicaría todos sus esfuerzos para resolverlo, cerrando la crisis abierta por la Revolución Francesa y con ella, sus consecuencias. Augusto encontraría sus respuestas en el mundo de la ciencia, y al tiempo se daría cuenta que: el conocimiento objetivo propio de la ciencia, debería aplicarse a los órdenes sociales, políticos y económicos, trascendiendo solo la imaginación y los sentimientos.
En palabras claras según Comte, la ciencia era objetiva, y por lo tanto estudiaba y se atenía a los hechos tal como eran, y desde ahí era la única capaz de proporcionar un punto de partida para edificar un mundo de orden y progreso. Todas estas ideas fundan el positivismo, y tuvieron un éxito notable en el occidente desde mediados del siglo XIX.
Pese a todo esto, la vida de este hombre no fue la mejor, ya que el exceso de trabajo y su obsesión por la ciencia le provocaron problemas psiquiátricos, llegando a un intento de suicidio. Obviamente que todo esto hizo que nunca pudiera insertarse en la academia, ya que en varias ocasiones fue expulsado.
Una de sus obras más importantes fue crear la Sociedad Positivista, que tuvo muchos seguidores, realizando obras que aún perduran en los estudios como “Curso de la filosofía positiva” o “Sistema de política positivista”; ejerciendo una gran influencia en otras ramas de conocimiento.
Vía: Biografías y vidas