Hoy vamos a hablar un poco acerca de una persona más que importante en la historia argentina, el primer presidente de nuestro país: Bernardino Rivadavia.
El mismo nace en Buenos Aires el 29 de mayo de 1780, realiza sus estudios en el Colegio San Carlos, pero abandona los mismos en 1803. Se incorpora en las milicias en las invasiones inglesas, con el grado de Capitán en el cuerpo de “gallegos” teniendo una muy buena actuación.
Bernardino se casa bastante de joven con Juana del Pino y Balbastro, una persona de la alta sociedad porteña, ya que era hija del Virrey del Rio de la Plata del Pino; con esta mujer tendrá cuatro hijos.
Rivadavia va a participar sin mucho protagonismo del Cabildo Abierto del 22 de mayo, en la política de la época defenderá a los morenistas, y nombrado el Primer Triunvirato será nombrado Secretario de Gobierno y Guerra. Pero cuando el primer Triunvirato es derrocado y se reemplaza al mismo por otro más afín a las ideas de la Logia y la Sociedad Patriótica, Bernardino Rivadavia va a desaparecer por unos dos años de la escena política.
Esta situación cambia cuando el Director supremo Posadas, le encarga en 1814 una misión diplomática junto a Manuel Belgrano, en Europa. Esta fue un fracaso, Belgrano regresa pero Rivadavia va a permanecer en Londres hasta 1820; donde tomará contacto con círculos intelectuales, políticos y económicos que lo van a formar en gran medida.
Durante los años 20 caen las autoridades nacionales y Martin Rodríguez en nombrado Gobernador de Buenos Aires, este último designa a Rivadavia como Ministro de Gobierno. Atraído por las ideas europeas quiere implementar algunas en la provincia de Buenos Aires, sin percatarse las enormes diferencias, ya que no había industrias, ni burguesía. Sus ideas del liberalismo progresista no tenían en estas tierras bases de sustentación; de todas formas este va a llevar adelante algunas reformas.
Entre una de sus acciones Rivadavia suprime a los Cabildos, y establece una ley electoral que incluía el sufragio universal, con algunas limitaciones. Durante esos años se hacía necesario un gobierno nacional, lo cual llevó a nombrar a Rivadavia como el primer presidente en febrero de 1826, noticia que no fue muy bien recibida en las provincias.
Su presidencia no fue para nada destacada, y termina por renunciar a la misma en 1927. A los pocos días el poder nacional quedaba disuelto y cobraba nuevos impulsos la guerra civil y las autonomías en las provincias.
Por su parte Rivadavia se retira de la vida política y en 1829 se va hacia Francia, muere en 1845 y sus restos son repatriados en 1857, descansan en el mausoleo en la Plaza Miserere.
Vía: el historiador