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Busquemos una sociedad mejor

Domingo temático en Neet! Como todos los domingos trataremos una temática especial. Hoy y partiendo de la nota que publicó Tacún en Neetcurioso, “Le remataron la casa y el comprador se la devolvió”, vamos a hablar de buenas acciones. Y de como, en la sociedad de hoy, una acción de generosidad o bondad se torna en curiosidad; y las malas noticias, son moneda corriente.

Tal vez lo que voy a contar es una acción que cualquiera de nosotros haría, o eso espero. Y lo llamativo es el hecho de que frente a esta simple acción muchas personas se hayan sorprendido. Este gesto del cual les habló, transcurrió en Misiones. Un grupo de Olavarría, Buenos Aires, viajó hacia allá para conocer unas de las más maravillosas obras de la naturaleza, a mi entender, que pueden visitarse hoy en día: “Las Cataratas del Iguazú”.

No se si muchos sepan, pero del lado argentino, puede presenciarse las más imponente Catarata que vi en mi vida: La Garganta del Diablo. Pero para llegar allí, deben recorrerse muchos metros por una pasarela de acero, que te deja a sólo 50 metros del salto en cuestión. Por ende, se debe estar en condiciones de poder recorrer la misma para llegar a la Catarata.

Dentro de este grupo de Olavarría, se encontraba una pareja de ancianos que son unos de los protagonistas de esta historia. Al llegar al lugar, se les concedió una silla de ruedas para que el abuelo pueda llegar hasta la Cascada del Diablo, pero no una persona que llevara la silla. Lógicamente la abuela no estaba en condiciones de empujar la silla tantos metros y nadie del lugar se ofreció a ayudarla. Dentro de este grupo también se encontraban dos hombres, que ante este desplanto colaboraron con la abuela para llevar la silla hasta el salto (uno de ida y otro de vuelta).

De nuevo en el colectivo, la guía del lugar los felicitó por la acción. Y todos se preguntarán que tiene de raro que alguien colabore para empujar una silla de ruedas. Lo raro es que este tipo de gesto no suele verse en el lugar, y por ende la guía los felicitó porque se asombró de la acción de estos hombres.

Y ante esto me preguntó, cómo puede ser que un buen gesto genere sorpresa. Cómo puede ser que estemos acostumbrados a las malas noticias. Y qué nos llevó como sociedad a no ayudar a alguien que lo necesita. La verdad es que no lo sé. Pero lo que sí sé, es que ayudar a alguien o tener una buena acción es algo que podemos hacer todos. Y que la satisfacción que se siente es algo que vale la pena experimentar todos los días. Un simple gesto. Una simple acción. Una sociedad mejor.