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Comer alimentos de invierno, en verano

Garrapiñada

Se vienen las fiestas y como buena copia de los yanquis que queremos ser a veces, los imitamos en la manera de festejar la Navidad, sin darnos cuenta que nuestra Navidad es totalmente diferente a la de ellos. La Navidad con Papa Noel vestido con su abrigado traje rojo, andando en trineo sobre la nieve nada tiene que ver con la Navidad que se vive aquí abajo.

De nuestro lado del Ecuador la Navidad es calurosa por demás. Esta representada por días y noches calurosas, con olor a tilo y a jazmín, con ropas sueltas, cómodas y sobre todo frescas. La Navidad en la Argentina se vive en las calles, incluso en muchos lugares la Misa de Navidad se preparar al aire libre. Por eso no se entiende por qué continuamos con la costumbre norteamericana de comer alimentos ricos en grasas y calorías, ideales para el invierno, pero que no colaboran en nada en disipar el calor del verano.

Nada más contraproducente para disipar el calor corporal que comer maní, garrapiñada, chocolate, mantecol y turrón.  Las grageas navideñas deberían ser reemplazadas por gajos de naranja y mandarina, kiwis, frutillas, ensalada de fruta, helados frutales. Las comidas deberían ser platos fríos como ensaladas y canapés. Aunque muchos modifican un poco los hábitos y sirven en Noche Buena o Año Nuevo platos como Melón con Jamón, otros continúan con las viejas tradiciones del maní y la garrapiñada que no hacen más que aumentar la temperatura corporal de base y generarnos sofocos. Además este tipo de comidas nos da más sueño y hace sentir más pesados, sumado esto al calor del ambiente, puede llegar a ser poco beneficioso.

Si bien cada uno es dueño de hacer lo que quiere, deberíamos tener más en cuenta quiénes somos, dónde estamos y a qué lugar pertenecemos, no olo por una cuestión de salud y bienestar sino también por una cuestión de identidad.