Del bullying hemos hablado largo y tendido acá en Neetescuela y decidimos retomarlo porque es un tema mortalmente serio y que lamentablemente está en aumento en todo el mundo, y la Argentina no está excluida. Pero, ¿qué es el bullying? Es una palabra, por lo menos acá en latinoamérica, que ha pegado hace poco y, así como surgió de la nada la palabra, el problema se convirtió en foco de todos. Irónico, ¿no? Como si antes no tuvieramos el problema. Hoy en día el bullying se agrava, entre otras cosas, por las redes sociales, en donde el anonimato, la impunidad y la globalización hace que cualquiera de nosotros termine siendo aún más vulnerable. Hoy trataremos de analizar cómo actuar ante el bullying y qué precauciones hay que tomar.
La solución al bullying es única y no sale la galera de un mago. Hay que tener en cuenta que ante el bullying hay dos sujetos: el agresor y el que es agredido. El agresor se alimenta de las tristeza del agredido, de la clara superioridad que tiene por sobre el agredido y la sensanción de autoridad que le genera. Además, le divierte y le ayuda a pasar el tiempo. El agredido, en cambio, responde con silencio, lo que hace que el agresor se sienta aún mejor. El agredido actúa en base a las amenazas y la agresión física y no hace nada.
Y ahí entra cómo debemos reaccionar ante el bullying: la clave para que el bullying cese son los terceros. Si el tercero no dice nada, entonces se convierte en cómplice y permite que siga ocurriendo. Cada padre, profesor o adulto responsable al sospechar de un caso de bullying debe tomar las medidas necesarias para evitar que ocurra, como pedirle al agredido que se abra y le cuente sus penas. Es sencillo: si como padre dejás a tu hijo solo en esas situaciones, vos también sos responsable.