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Cómo se midió por primera vez la velocidad de la luz

Días atrás te contábamos un poco sobre los procesos de medición de la velocidad de la luz, así como también hemos hecho hincapié en algunos aspectos científicos correspondientes a la física como, por ejemplo, mediciones en la corriente eléctrica y en la temperatura. Todas estas son cuestiones de interés común en las que el ser humano puede pensar, y en Neetescuela buscamos a diario poder responderlas. A través de este post te contaremos hoy cómo se midió por primera vez la velocidad de la luz, habiéndose creído en un principio que la misma era infinita cuando, en realidad, descubrieron todo lo contrario.

Originariamente se creía que la velocidad en la que la luz viajaba era infinita hasta que finalmente, en el siglo XVII, Galileo tomó la decisión de experimentar con faroles equipados con obsturadores intentando medir el tiempo que tardaba la luz en atravesar un campo de varios kilómetros y refutar esta idea de velocidad infinita. Lo único que pudo determinar, en principio, fue que la luz viajaba demasiado rápido como para poder tomar una medición exacta, pero estaba convencido que la misma tenía un valor específico y concreto.

En 1676 se llevaron a cabo los hechos que estimaron la primera medición verdadera de la velocidad de la luz. ¿Cómo sucedió esto?  Tras una observación de Ole Romer a las lunas de Júpiter, quien pudo determinar que el tiempo entre los eclipses del planeta con sus lunas era mucho más corto cuando la Tierra se movía en dirección a él, y más largo cuando esta se alejaba. Este comportamiento podría tener sentido sólo con una velocidad de luz infinita. Fue por ello que Ole Romer fue el primer científico en estimar la verdadera velocidad en que viajaba la luz, cuyo valor fue, originalmente, de 214.000 km/s. Hablamos de estimación pues en ese momento no se conocía con exactitud la distancia entre ambos planetas, y el valor obtenido es muy cercano al valor real de la velocidad de la luz.

Más tarde, en 1725, James Bradley buscó medir la distancia de una estrella a través de la observación de su orientación en dos momentos distintos del año. Estos movimientos de traslación de la estrella le permitieron a Bradley obtener una triangulación útil para medir esa distancia. Habiendo obtenido las medidas, se encontró frente a un problema que pudo explicarlo a través de la aberración estelar. 

Unos años más tarde, tras una observación a Draco en el trabajo de sus propias mediciones, Bradley pudo dar con una medición más acertada de la velocidad en que la luz viajaba, estimando un valor de 301.000 km/s.

Al siglo siguiente, en el XIX, Armand Fizeau y Leon Foucault buscaron medir la velocidad de la luz en la Tierra. ¿Cómo? A través de dos espejos separados por una gran distancia pero que, a pesar de ello, mejorarían notablemente la medición de Bradley. Finalmente, Maxwell realizó algunos avances en el campo electromagnético y permitió realizar la medición de la velocidad en que la luz viajaba a través de una permeabilidad magnética y permitividad eléctrica. Bajo su teoría del papel fueron muchos los que pudieron mejorar sus mediciones, llegando a obtener finalmente, en el año 1983, el valor adoptado actualmente de 299.792,458 km/s.