Uno de los conceptos que deben tener en cuenta para entender la conducción del calor es que el calor siempre fluye del elemento de mayor temperatura al de menor. Este transferencia de temperatura se puede dar de diferentes maneras y a diferentes velocidades dependiendo del medio por el que circule esta energía.
Si acercamos un cuchillo metálico a una hornalla vemos, como a través del metal comienza a producirse la conducción del calor hasta que nos quemamos, si el cuchillo es completamente metálico. Esto sucede porque la hornalla de la cocina entrega calor al cuchillo y este se propaga a través de toda su longitud. Esta situación es la que se conoce como conducción del calor.
Si observamos la estructura atómica de los materiales conductores, vemos que estos tienen electrones libres. Estos electrones además de permitir la circulación de la corriente eléctrica, permiten al propagación del calor.
Cabe remarcar que la conducción del calor no se da en todos los materiales, hay algunos que son buenos y otros malos conductores. Si un material es bueno o malo para la conducción lo podemos evaluar mediante el coeficiente de conductividad térmica. A medida que este valor aumenta, la conducción es mayor. Algunos ejemplos de malos conductores son el telgopor o la madera y algunos buenos son los metales.