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Conflicto de Beagle

El conflicto de Beagle –cuyos primeros antecedentes datan de 1888-, se dio por un desacuerdo entre Argentina y Chile, sobre la traza de la boca oriental del canal de Beagle, lo cual afectaba la soberanía de las islas que se ubican al sur del mismo, así como los espacios marítimos adyacentes.

Cuando se crearon los límites entre nuestro país y Chile, los mismos fueron fijados tomando en cuenta la línea natural divisoria que conforma la cordillera de los Andes; pero el problema se desató en la delimitación de la región sur, lo que incluye dicho canal. Por años hubo conflictos para establecer los límites en ese espacio, considerando que las islas que incluye este canal son pequeñas pero tienen un valor estratégico fundamental entre los océanos Pacífico y Atlántico.

Para dirimir este conflicto de forma pacífica se acordó nombrar como árbitro en 1970 a la reina Isabel II de Gran Bretaña, la que en 1977 adjudica este canal a Chile, quedándole a nuestro país las islas Becasses. Frete a este fallo el país vecino acepta la sentencia, convirtiéndola en ley, mientras que Argentina declara nula la resolución, apelando a algunas cuestiones como las contradicciones en el fallo o errores diversos.

De este modo los reclamos continúan, llevando al límite las relaciones pacíficas entre ambos países y poniéndolos casi en guerra. Llega a su punto culminante en 1978, cuando las Fuerzas Armadas Argentinas dispusieron ocupar las tierras, aunque la intervención del por entonces Papa Juan Pablo II, evito un conflicto bélico y condujo a una mediación, la cual finalizó con la firma del acuerdo Tratado de Paz y amistad en 1984. Esto puso fin a este conflicto que duro más de dos tercios de siglo.

¿Qué dice el acuerdo? En este se reconoce tácitamente la frontera trazada por el laudo arbitral en el canal de Beagle que otorga las islas en la mitad norte del canal a la Argentina y a la mitad sur a Chile. A su vez este fija un limite marítimo que reconoce a Chile sin nombrarlas todas islas distribuidas hacia el sur y sudeste hasta el cabo de Hornos. Otorgó además derechos de navegación a ambos países en casi toda la zona. Asimismo concedió a la Argentina la mayor parte del territorio marino en disputa proyectado hacia el Atlántico.