Todo el mundo sabe que fumar hace mal, que predispone al desarrollo de Cáncer de Pulmón y de Vejiga. También favorece la aparición de Enfisema o EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y de alteraciones en el sistema Cardiovascular predisponiendo al desarrollo de Infarto Agudo de Miocardio y Accidente Cerebrovascular. De estas cuestiones se sabe y se habla mucho, la mayoría conoce esto.
De lo que no se habla tanto es de lo malo que puede llegar a ser el hábito tabáquico en un subgrupo de la población muy importante: las mujeres. El efecto del cigarrillo en el organismo femenino tiene más connotación ya que es la mujer la que puede llevar a cabo una gestación en su interior. Y el «pucho» también afecta la posibilidad de tener hijos o fertilidad, el desarrollo normal de una gestación y el desarrollo normal del bebé en sus primeros meses de vida.
De esta manera dividiremos los efectos nocivos del cigarrillo en la mujer en 3 grupos:
– Antes de la gestación: el cigarrillo disminuye las posibilidades de embarazo y disminuye la eficacia de los programas de Fertilización para ayudar en la búsqueda de un bebé. Además acelera la pérdida de óvulos en las gónadas femeninas u ovarios haciendo que se desarrolle la menopausia más tempranamente. Por otro lado es mayor el índice de abortos espontáneos en mujeres fumadoras que en las que no lo hacen. Además el riesgo de embarazo ectópico (fuera del útero) es mayor en fumadoras.
– Durante la gestación: en las mujeres que fuman hay un riesgo aumentado de tener un hijo Prematuro o con Bajo Peso al Nacer así como también favorece la ruptura prematura de membranas que puede condicionar Sufrimiento Fetal o Muerte Fetal. Asimismo el cigarrillo aumenta el riesgo de malformaciones fetales como labio leporino.
– Luego de la gestación: el hijo de madre fumadora tiene más riesgo de desarrollar cualquier tipo de enfermedad si nace prematuro o bajo peso. Además, la muerte súbita del lactante (una de las causas de muerte en chicos menores de 1 año) tiene mayor incidencia en hijos de madres fumadoras.
Todas estas alteraciones provocadas por el cigarrillo en una mujer fumadora activa, también se dan en una mujer fumadora pasiva (en menor cuantía, aunque no hay tanta diferencia). Por lo tanto, una mujer que convive con una pareja fumadora o con algún conviviente que fuma también se ve afectada por el humo del tabaco.