Saltar al contenido

El amor universal: De Cupido a otros dioses

El amor, temas complejos si los hay es este, el amor nos atraviesa en todos los momentos y circunstancias de la vida, y como dicen hasta The Beatles “All you need is love” -todo lo que necesitas es amor-, por eso debe ser algo que a todo ser humano –aunque diga que no- le preocupa.

Definir el amor es complejo, es un sentimiento, un proceso, un impulso, miles de sensaciones que nos invaden, en fin, creo que hay mil modos de caracterizarlo, al igual que simbólicamente al cual generalmente lo relacionamos con un corazón, mariposas en la panza, caras sonrientes, la luz, entre otros símbolos que lo representan.

Levi Strasuss afirma en sus teorías que lo único universal, es decir algo que se repite de diferentes formas en todas las culturas, es el tabú del incesto, es decir la prohibición de estar sexualmente con determinado miembro de la familia o grupo social; pero como buena antropóloga propongo otra categoría universal: el amor. Es por eso que nos preguntamos ¿el amor es un sentimiento universal?, pues eso trataremos de desentramar en esta nota.

Todo, absolutamente todo ser humano, hasta el que podríamos nombrar como el más despreciable siente amor por algo o alguien: una persona, una mascota, un grupo de música, algo de la naturaleza, o muchas otras cosas; lo mismo podríamos plantear para todas las culturas.

Relacionado a esto es que desde la antigüedad, el hombre ha creído, alabado, implorado o venerado a dioses o figuras que representan de algún modo el amor o el encuentro de este, incluso así mismo repitiendo leyendas, o fábulas acerca de cómo nació este o de porque nos enamoramos.

Quizás el que más conocemos es a Cupido, que no es en sí un Dios, o en nuestra cultura occidental no lo vemos como tal, aunque en la mitología romana es el Dios del deseo amoroso, y según versiones es el hijo de Venus (Diosa del amor, fertilidad y belleza) y de Marte (Dios de la guerra). ¿Paradójico no? El amor nace entre el amor y la guerra… el mismo se representa como un angelito, o niño alado que porta un arco y flechas, porque se dice que “flecha” a los amantes para que se enamoren.

Por ejemplo el equivalente a este en la mitología griega es Eros, quien es también el Dios que veneraban los griegos cuando querían encontrar al amor o el deseo sexual.

Pero si ahondamos bien e investigamos un poco, podemos encontrar que los grupos sociales siempre tienen un Dios del amor, o una figura que representa al mismo.

En la cultura mexicana indigenista la diosa del amor es Xochiquétzal, si bien en si no era estrictamente relacionada al amor (ya que podríamos decir que la categoría moderna de amor es muy actual) si representaba al deseo sexual y a la unión. Si pasamos por la mitología Celta, está Angus, relacionado con este sentimiento, al igual que Hathor en la cultura egipcia o Kamadeva en el hinduismo.

descarga (6)

Si nos venimos mas a nuestra historia, a los pueblos originarios de lo que hoy es el Estado argentino, puedo contarte que para el pueblo Mapuche el amor es concebido como una clarividencia, un estado de lucidez y no de enceguecimiento pasional. Se puede representar como una Iluminación solar, la recuperación de la aurora interna, y por eso se lo asocia con el alba, con el sol, con el renacimiento. Si nos abocamos a la lengua vernácula que es el mapudungun, el amor se asocia al concepto Ayun o aiñ, que se relaciona con la belleza, la luz y la transparencia.

Y así increíblemente si uno sigue leyendo e investigando en las diversas culturas que existieron o existen, todas tienen una idea concreta de que es el amor, e incluso figuras relacionadas a este o seres “oscuros” que provocan que justamente no podamos tenerlo.

Pero lo que llama la atención es el modo de concebirlo en cada cultura, mientras que las culturas originarias apuestas o creen más en un amor mítico, lleno de leyendas, rituales, respetándolo como algo supremo, que nos vuelve más transparentes y puros, y nos puede hacer renacer, las antiguas mitologías lo visualizaban como Dioses o “superhéroes” que todo lo podían, por eso había que venerarlos y nunca disentir con ellos, ya que todo ese poder eterno podía volverse en contra de la persona, volviéndolo desdichado y vacio.

Ahora ¿Qué pasa es la cultura occidental moderna?, pues con la figura de Cupido y el marketing que atraviesa al amor, es más complejo que podamos sentirlo o definirlo como algo supremo, místico o eterno, sino que más bien está más cercano al consumismo y materialismo que a lo otro. Culturalmente hay algo cada vez más fuerte arraigado, donde parece que si regalas flores amas más, o que el regalo de San Valentín es proporcional a cuanto amor sentís. Muchas mujeres dicen que un hombre enamorado es aquel que regala diamantes, imaginen la idealización amorosa que hay!.

Socialmente queda detrás esa idea relacionada al amor con lo puro, lo que viene desde las entrañas, lo verdadero, y parece correrse el eje hacia lo material y comercial, donde la modernidad se ha encargado de hacer lo que mejor sabe: de todo un negocio, y a esto no escapo el amor.

Como ves, Cupido quizás es el más comercial,  pero como el amor es universal, cada grupo social tiene a su “Cupido” con sus leyendas y ritos, lo que hace que el hombre sea un ser preocupado y ocupado en este tema desde la antigüedad. Por tanto podemos concluir que si, el amor –por suerte- es algo universal.