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El autismo y la educación

 Como todos los miércoles les presentamos «Pensando en educación», esta vez tomando al autismo como tema principal. Antes de introducirnos en el mundo de la educación, comencemos con saber qué es el autismo.

El autismo es un espectro de trastornos que se caracteriza por graves déficit del desarrollo. Afecta la socialización, imaginación, reciprocidad emocional, planificación y comunicación, y se caracteriza por conductas repetitivas o inusuales. Los síntomas generales incluyen incapacidad de interacción social, el aislamiento y las estereotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad).

Introduciéndonos ya en el mundo de la educación, decimos que es necesario conocer el grado de autismo de cada niño para adaptar las diferentes técnicas de enseñanza. Algunos niños que padecen este trastorno de forma leve, están capacitados para concurrir al colegio de forma normal. Es fundamentar que se mantenga una atención individualizada de las tareas que estos niños realizan, que se den pautas concretas y claras y que se establezca una rutina bien definida. De igual manera es crucial brindarles medios para que logren comunicarse, plantearles diferentes tareas de forma constante y lograr acercarlos a la comunicación e intercambio lo máximo que se pueda, induciéndolo a la interacción.

A partir de los años ’60, la educación se ha ido imponiendo como el principal y más eficaz recurso para el tratamiento del autismo, dando un importante paso a la integración: la creación de aulas de educación especial en centros ordinarios. Uno de los mayores beneficios que trae aparejada la integración, es que le permite al estudiante con autismo formar parte de un mundo «típico»

Si pensamos en la educación de los niños autistas hay dos elementos fundamentales a tener en cuenta: el ambiente y las estrategias visuales. La estructura física de un lugar, la distribución de muebles y materiales, la organización y orden son factores que influyen en los niños para que permanezcan en la actividad y se motiven a aprender. Debe señalarse, por ejemplo, el lugar donde se juega, donde se come, donde se enseña, para lograr enfocar su atención en la actividad deseada. Además no es conveniente tener a la vista demasiados materiales, por ejemplo si es el momento de comer el niño debe tener a su alcance sólo los elementos necesarios para esta actividad.

Todos los materiales visuales, como dibujos, láminas fotografías o símbolos, pueden resultar de gran ayuda para niños con autismo, tanto para aprender como para desarrollar la comunicación o aumentar su comprensión y regular su comportamiento. Esto esta relacionado con la capacidad de estos niños de almacenar imágenes en su cerebro.

Por último, otra estrategia que se observa es el denominado «Homeschooling», el cual implica que el niño se quede en su casa sin asistir al colegio, y que sean sus propios padres los encargados de brindarle clases. Por supuesto que para esto se requiere una importante cantidad de tiempo libre, tanto para el niño como para la capacitación de los padres.

Para finalizar, destacamos que Argentina cuenta con a.pa.dea (Asociación de Padres de Autistas), quienes brindan todo tipo de orientación y asesoramiento a padres de niños autistas.