Hoy sábado temático hablaremos sobre el Blackberry, ese más que teléfono, que revolucionó el mercado y a sus usuarios; pero como es común en esta sección lo relacionaré con la educación preguntándome: El Blackberry ¿afecta a la educación?
Bien sabemos que casi todo aquel que tiene uno de estos dispositivos se suele volver casi adicto al mismo, no dejando de estar atentos a él nunca –incluso de noche-. En nuestro Blackberry no solo podemos recibir llamadas, sino también entrar a las redes sociales, programar la recepción de mails de nuestros correos, entre otras cientos de aplicaciones que podemos usar y que hace que nos acostumbremos demasiado al mismo.
Este tipo de dispositivos, como es el Blackberry, pueden perjudicar a los jóvenes a la hora de estudiar. Primero porque al estar más atentos al teléfono que a las tareas se hace difícil concentrarse y mantener un ritmo de estudio, y segundo porque a los docentes incluso les cuesta que los alumnos no lleven estos o se los usen como un elemento de recreación en las clases.
La tecnología sin dudas nos puede llevar a resultados inesperados y positivos, logrando que saberes o descubrimientos impensados; pero como todo, si no se utiliza con cuidado y medida puede ser algo negativo, más que nada si nos lleva a desentender nuestro trabajo, familia o estudio.
Igualmente si hayamos la manera correcta de usarlos en relación con la educación también puede convertirse en una herramienta a la hora de educar; por ejemplo puede servir para grabar entrevistas, sacar fotos para tareas escolares (procedimientos experimentales, arte, entre otros) o incluso usarlo como diccionario o calculadora, entre muchas otras aplicaciones que pueden volverse útiles con respecto a la pedagogía.
Todo está en cómo se use y también en que despertaremos nuestra creatividad para hacer de este algo positivo.
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