Se denomina machismo a un conjunto de actitudes y comportamientos que humillan de modo injusto a la mujer en comparación con el hombre. Hay que hacer hincapié en el tema de la justicia que ocupa un rol importante, ya que si el comportamiento es justo no implica machismo, por ejemplo: si se contrata a un hombre porque este está más formado en el área no es machismo, si en cambio hay una mujer que sabe más y no se la contrata eso ya sería una cuestión machista.
Algunas otras situaciones machistas son: limitar el acceso de la mujer a la universidad, la cultura o puestos de trabajo, intentar que piense, se vista y comporte como el varón, ver y tratar a la mujer como objeto sexual para uso y gusto del hombre, entre otros, que son sumamente injustos con la dignidad femenina y deben rechazarse y repudiarse.
Generalmente esta rivalidad entre hombres y mujeres cabe equivocarse por defecto u exceso; por eso para evitar esto hay que tener en cuenta que:
-No es sano ni bueno plantear este tema como una lucha entre sexos, sino más bien se trata de conseguir entendimiento y colaboración.
-Tanto el feminismo como el machismo no es valor absoluto y principal; hay que tener en cuenta otros aspectos como la justicia, la libertad de asociación, entre otros.
-El ideal no debe ser planteado como la igualdad absoluta, se trata de que hombres y mujeres gocen de la misma dignidad como personas; es decir no se trata de que las mujeres sea hombres o viceversa, sabemos que el hombre y la mujer son diferentes y eso debe respetarse. Se trata de fomentar la igualdad donde somos iguales y la diferencia donde somos diferentes.
Hay diversos tipos y grados de machismo, encontramos un machismo mucho más dañino, rechazable y repudiable, y después hay tipos de machismo bromista, indiferente o no con esa intención de causar un daño. Aunque debemos recordar que nunca es bueno fomentar que un sexo es mejor o más capaz que el otro.