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El Origen del Alfabeto

Nuestro idioma está regido por una serie de reglas, símbolos y estructuras de tal manera que todos podamos entendernos y hablemos de la misma cosa, mejorando la comunicación hasta los niveles óptimos. Entre esas reglas tenemos por ejemplo la gramática, la base para toda la comprensión de los tiempos verbales y una correcta estructura. Pero para comprender qué tipo de símbolos utilizamos, como se pronuncian y los lugares en donde se colocan tenemos el alfabeto, que no sólo es el que conocemos sino que hay muchísimas variables, como el alfabeto morse. A su vez, no es algo rígido sino que a medida que avanza el tiempo esto va fluctuando, como cuando se quitó del mismo a la Ch y a la Ll. Pero veamos un poco de historia sobre el origen del Alfabeto.

Según jbrignone.com.ar, cuando hablamos del alfabeto lo definimos como un «sistema de escritura que intenta representar cada fonema de una lengua por medio de un signo discreto y diferenciado». Como era de esperarse, en la historia del alfabeto no hay un origen bien marcado, sino que tenemos varios jeroglíficos provenientes de varios lugares, como la Mesopotamia, China, América Central, etc de los cuáles no se han podido determinar (como es de esperarse) un origen común. De todas maneras, se sospecha lo que sí tienen en común estos antiguos símbolos: pictogramas que enseguida adquieren valores fonéticos progresando hasta la actualidad.

El alfabeto tomó forma por primera vez con los griegos en el año VIII a.C, donde tomaron prestado el sistema de escritura de los fenicios, que sólo escribían las consonantes. Este alfabeto fenicio data, a su vez, del siglo XI a.C y provenía con el orden de los cuneiformes, cuatro siglos atrás.