El subterráneo existe solo en algunos países; el mismo es un sistema de transporte vial, eléctrico, que, como su nombre lo indica, opera por debajo de la superficie del terreno.
Los subterráneos generalmente se construyen debajo de las calles de la ciudad, aunque ocasionalmente pueden cruzar por debajo de ríos y volver a la superficie en los suburbios como trenes elevados.
Estos poseen varios vagones a diferencia de otros tipos de transporte eléctrico de superficie (trolebuses o tranvías). El primer sistema de subterráneo fue ideado por Charles Pearson, para la ciudad de Londres en 1843; y en 1860 comenzó el trabajo con el excavado de una zanja abierta y la construcción de una estructura compuesta de un arco de ladrillos de unos 6 metros de alto y 9 de ancho.
Tres años después, inauguró una línea que utilizaba locomotora a carbón. A pesar de los escapes de gas el sistema tuvo un gran éxito y transportó a 9 millones y medio de pasajeros en su primer año de funcionamiento. La electrificación del subterráneo londinense se llevó a cabo en 1905, con una velocidad promedio de 35 km por hora, y en la actualidad transportan 750 millones de pasajeros por año.
En Europa existen otros subterráneos, por ejemplo en París; y también hay en América del Sur en la ciudad de Buenos Aires.