La extracción sólido – líquido o lixiviación, es la disolución preferente de uno o más componentes de una mezcla sólida por contacto con un disolvente líquido. El éxito de una lixiviación y de la técnica que se va a utilizar dependen del tratamiento anterior que se le pueda dar al sólido.
En algunos casos, las pequeñas partículas del material soluble están rodeadas de una matriz de materia insoluble. Entonces, el disolvente debe difundir en la masa y la solución resultante debe difundir hacia el exterior antes de poder lograrse la separación. La trituración y molienda de estos sólidos acelera bastante la acción de la lixiviación, porque las porciones solubles son más accesibles al disolvente. Puesto que la molienda es cara, la calidad del mineral tiene mucho que ver con la elección del tamaño al cual se va a lixiviar.
En aquellos sólidos con estructura celular, no es deseable moler el material hasta un tamaño muy pequeño, ya que es poco práctico. Si es de mayor utilidad, por ejemplo, cortar los sólidos en rebanadas delgadas antes de la lixiviación.
Otro caso puede ser secar los sólidos naturales para facilitar el proceso de lixiviación (acción directa del disolvente).
Cuando el soluto se adsorbe sobre la superficie de las partículas sólidas o se disuelve simplemente en una solución adherente, no es necesaria la trituración o molienda y las partículas pueden lavarse directamente.