El hábito de consumir tabaco genera múltiples afecciones a nivel del organismo. Son bien conocidos por todos los daños directos al aparato respiratorio dando enfisema, bronquitis crónica o cáncer de pulmón. También afecta los vasos sanguíneos y el corazón, siendo un factor de riesgo para el desarrollo de Infarto Agudo de Miocardio y trombosis. También puede afectar cavidad bucal, faringe y esófago. La piel es otro órgano que sufre las consecuencias del tabaquismo. Los daños pueden ser directos por el contacto externo de la piel con el humo del cigarrillo e indirecto a través de sustancias tóxicas y nocivas que ingresan por vía sanguínea.
Las personas que fuman tienen una mayor tendencia al envejecimiento precoz del cutis. En general esto se hace más notorio a partir de los 35 años de edad y es proporcional a la cantidad de cigarrillos que se consumen. La piel toma un tinte amarillento principalmente a nivel de la cara, las manos, los dedos y las uñas, así como también los dientes. Se acentúan las arrugas a nivel de la piel alrededor de la boca y los ojos y la piel está por demás seca. También genera mal aliento y ronquera. Es típico de los fumadores desarrollar la melanosis del fumador, que son zonas de pigmentación oscura en la cavidad oral. Hay que controlar estas manchas porque tienen riesgo de malignizarse, es decir, de generar un cáncer de la piel a ese nivel.
Además, la nicotina retrasa el proceso de cicatrización de las heridas, enlentenciendo el cierre de las mismas o provocando complicaciones de las mismas como infecciones o aberturas. Es por eso que a las personas que van a ser sometidas a una cirugía programada se les recomienda dejar de fumar 4 semanas antes y 4 semanas después de la cirugía, justamente para evitar un mal cierre de la herida.
Por todo lo anteriormente dicho, dejar de fumar, no sólo mejora la mecánica respiratoria sino que ayuda a tener una piel más limpia y sana. Al cese del hábito se le puede sumar no exponerse excesivamente a los rayos solares y utilizar cremas antioxidantes y protector solar.
Vía: Intramed.net