Seguramente alguna vez se habrán preguntado para qué sirve esa estructura alargada que se sitúa en el fondo de la boca y que vulgarmente se denomina campanita o campanilla. Tecnicamente es la úvula, una estructura carnosa formada por 3 músculos: el tenso y el elevador del paladar, y el músculo de la úvula propiamente dicho. Surge como una prolongación del paladar blando (situado por detrás del paladar duro que todos alguna vez nos tocamos) que separa la bucofaringe de la nasofaringe, evitando que alimentos o líquido pasen de la boca a la nariz al tragar.
La campanilla además participa de la fonación y articulación de los sonidos. En muchos idiomas como algunos africanos y el inglés se utiliza esta estructura para emitir determinados sonidos o vocablos. Por otro lado podría estar implicada en la emisión de ronquidos, postulándose que aquellos que poseen una úvula alargada son propensos a reproducir ruidos molestos por la noche al respirar, lo que también puede conducir a tener apnea del sueño (pausas en la respiración cuando dormimos).
Es curioso que muchos científicos afirman que la úvula es un apéndice en desuso, es decir un vestigio del pasado que quedo en desuso durante la evolución de la especie humana. En realidad no es una estructura con múltiples funciones pero las pocas que cumple son realmente importantes. De no tener campanilla al comer un alimento este tendería a salir por la nariz, lo que ocurre a veces por ejemplo cuando estamos comiendo y se nos viene un estornudo. Lo mismo pasa con los líquido claramente. Además la úvula a permitido la gran diversidad de lenguajes con diferentes sonidos ya que como previamente dijimos muchos idiomas se componen de sonidos que sólo las vibraciones generadas en la úvula permiten emitir.
Así que ahí tienen, una pequeña gran estructura.