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Guernica, una obra emblemática

El 26 de abril de 1937 bombarderos alemanes destruyen la ciudad de Guernica, España; lo aviones pertenecían a la Legión Cóndor, que bajo las órdenes de Hitler debía apoyar al general Francisco Franco en la guerra civil que había iniciado en 1936.

No caben dudas que la destrucción de esa ciudad Vasca fue llevada a cabo con el permiso de Franco, ya que consideraban al pueblo vasco como subversivos y difíciles de dominar en su lucha por la independencia.

El pintor Pablo Picasso, por ese entonces residía en Francia, y al ver fotografías del ataque en un diario llamado Le Soir, de inmediato comenzó a trazar los primeros bocetos de lo que posteriormente se convertiría no solo en una de sus obras más reconocidas, sino en una de las obras más emblemáticas en la historia del arte.

Con esta pintura Picasso también demostraba un repudio manifiesto hacia las castas militares que gobernaban España. En el cuadro no figuran ni bombas, ni aviones, ni acciones bélicas, solo muertos, heridos y animales en un espacio iluminado únicamente por la luz de una lamparita. En el Guernica, llamado así en homenaje a la ciudad vasca destruida, solo se utilizan los colores negro, gris y blanco; ocupa su centro un caballo traspasado por una lanza, como símbolo de las víctimas inocentes de la masacre. Por otro lado, el toro representa la imagen de España, y en el suelo se puede observar el rostro de un soldado muerto aferrado a un arma.

El Guernica, emblemática obra, se encuentra actualmente en el centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Pablo Picasso