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Imaginarios urbanos

Para hablar de los imaginarios urbanos tenemos que tener una concepción particular sobre el espacio, considerando al mismo como un espacio que se “mueve”, se transforma, habla, se reconfigura. Es decir que los espacios transmiten significados y se transforman, no tanto por sus espacios físicos sino que mayormente por sus habitantes.

Entendido esto, vemos que la ciudad es un escenario de lenguaje, lleno de sueños, imágenes, esculturas y escrituras; como afirma Silva: el mundo de una imagen, que lenta y colectivamente se va construyendo y volviendo a construir, incesantemente”.

Una vez planteado esto, podemos decir que los imaginarios son una fabricación de una imagen visible y la abstracción de un símbolo que los actores sociales que viven en una ciudad se hacen sobre determinados espacios. La construcción conceptual de un imaginario se estructura a partir de lo real y de las prácticas sociales, ya que necesitan de una imagen mental que es el punta pie para su creación, y que luego al ser comunicada pasa a  ser social.

Para plantearlo de manera más sencilla, una imagen es una forma material que puede ser una representación de un referente moral, material o intelectual; y las imágenes mentales se ligan a percepciones o efectos de la imaginación, a las palabras y/o conceptos. En tanto un imaginario es la construcción de la representación social y cultural individual y colectiva de una práctica socio cultural de un lugar o espacio determinado.

Un ejemplo de imaginario urbano son por ejemplo “los barrios mancha”, que son espacios dentro de una ciudad que las personas que viven en ella consideran que “manchan” la ciudad; los consideran peligrosos, y espacios relacionados con el clientelismo político y de pobladores de bajos recursos.

Vía: La ciudad Viva