La llamada educación terciaria, es denominada de este modo ya que podríamos decir que es nivel educativo que se encuentra entre el secundario y el universitario. Todos aquellos que posean un titulo secundario van a poder acceder a este tipo de educación, donde generalmente se encuentran tecnicaturas de una duración de tres años. ¿En qué se diferencia con la universidad?, bueno básicamente en la duración de las carreras, y a veces también en la exigencia que se pide. Entre las carreras terciarias más conocidas podemos ubicar a los profesorados.
Un instituto terciario tiene casi una misma estructura que uno universitario, donde hay una autoridad máxima –en este caso de denomina director-, diferentes secretarias, un consejo académico, profesores, no docentes y estudiantes.
Los desafíos que se dan en este nivel y lo digo ya que soy docente de un terciario, es quizás exigir y saber acompañar al estudiante. El desafío que encontramos como docentes es que al tener una modalidad similar a un secundario, donde generalmente se cursa 4 hs todos los días, los estudiantes tiene que aprender a despegarse de ciertos “vicios” y comprender que están en otro nivel de formación donde se les va a exigir otras cosas. Pero obviamente eso va a depender del profesor y de las técnicas pedagógicas que este tenga, así como también de la relación que logre establecer con sus alumnos.
Lo necesario e ideal es que cada profesor incentive a sus estudiantes a no quedarse solo con lo mínimo para poder aprobar y continuar, sino que se involucre también en actividades de investigación y extensión; todo esto le generará nuevos desafíos, y además le aportará experiencia y una visión mucho más amplia de sus conocimientos. Para esto también es fundamental que el docente hable con sus colegas, para en conjunto debatir que cosas implementar para motivar a los estudiantes.
La experiencia de ser parte de un instituto terciario es hermosa, donde todos los días hay nuevos desafíos, debates pero innumerables satisfacciones. Además para aquel que quiera estudiar una carrera corta, y quizás con más “licencias” –ya que se contemplan los casos particulares de los estudiantes por ejemplo a los que trabajan, se les da una cursada especial- , es ideal.