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La ética protestante y el espíritu del capitalismo de Weber

Max Weber es un sociólogo y economista alemán nacido un 21 de abril de 1864. Este de pertenencia a una familia muy involucrada a cuestiones políticas y del estado, desde corta edad estuvo interesado por la historia, la economía, la política y la religión.

Entre 1904 y 1905, va a escribir una de sus obras más conocidas: “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”; obra en la que estudia cómo se fue conformando la sociedad occidental (racionalismo, arte, pensamiento, entre otros factores que indaga), y la diferencia entre la Europa Católica y la Protestante. Según Weber entender estas era algo principal para pensar el desarrollo del sistema capitalista, haciendo foco en la relación existente entre la religión y la formación de las unidades de producción occidentales.

Weber hace hincapié en la génesis del protestantismo, que inicia en el siglo XVI y es concebido como una reforma donde los grupos luteranos realizaron una serie de normas y reglas mucho más rígidas y drásticas que las practicadas por el catolicismo. Según el autor el protestantismo tiende mucho mas a ordenar la conducta humana, lo que a la larga traerá consecuencias positivas más que nada en lo económico.

En esta clásica obra “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” el autor  propone como -a diferencia de los Católicos-,  los devotos protestantes tienen la idea de que el agradar a Dios se lograría mediante el enriquecimiento; lo que sería una  señal de predestinación a la salvación eterna. La acumulación –económica- se realiza a  través del compromiso hacia el trabajo o actividad desarrollada, es aquí donde se engloba el deber profesional y el buen rendimiento.   Son estas las ideas de las cuales hace uso y análisis Weber para afirmar  que estos valores y formas de vida que la ética protestante fomenta, posibilitaron el desarrollo del capitalismo moderno y occidental; el cual ha progresado en zonas del mundo donde se practica más esta religión: Europa y América del norte.

Los católicos siempre apuntaron a que una persona se “ganaría el cielo” siempre y cuando no fuera ambicioso, y pudiera desprenderse de los bienes materiales  en la tierra; por el contrario los protestantes “agradan a Dios” mientras más logran acumular en la tierra, lo cual se lograría mediante el trabajo. Weber realiza esta relación entre el protestantismo y el cálculo económico racional; de este modo configura el individuo histórico del espíritu del capitalismo, basándose en su interés valorativo. Weber a su vez pretende entender las causas de este origen, lo que implico una construcción de un tipo ideal.

La individualidad de este denominado espíritu capitalista, tiene fundamento empírico en las máximas de Benjamín Franklin, que son un resultado de selección de algunos aspectos de la realidad significativa para Weber y se manifiesta como un principio orientador de la conducta.

Concluyendo Weber descubre en estos ensayos que la ascesis puritana, a pesar de tener un origen racional, se encuentra una eficacia práctica que la coloca como una de las fuentes históricas del orden económico del capitalista.

 

Vía: http://viaforo.com