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La Gigantomaquia

La Gigantomaquia fue el intento de derrocar a los dioses del Olimpo. Fue Zeus quien tuvo siempre el mayor poder olímpico, y lo compartió con sus hermanos Poseidón y Hades otorgándoles el dominio de los mares y naciones subterráneas, respectivamente. Aún así, estos gigantes nacidos de Urano no dudaron en buscar es ascenso del Olimpo.

 

El intento de derrocar a los dioses del Olimpo

Para asaltar el Olimpo, los gigantes se tomaron el trabajo de colocar una montaña sobre la otra atacando, desde la cúspide, a todos los dioses. Utilizaron proyectiles, rocas y troncos de árboles que previamente habían incendiado. Los dioses buscaron huir aterrorizados, dirigiéndose hacia Egipto para conformar una oposición contra los gigantes y acabar con ellos que, si bien parecían tener un origen divino, había formas de poder darles la muerte: el asesinato debía ser cometido por un dios y un mortal en combinación.

En la tierra existía una hierba mágica capaz de convertir en inmortales a los gigantes, la cual fue apoderada por Zeus gracias a que el Sol, la Luna y la Aurora no brillaron y, por ende, nadie puedo encontrarla.

Quien brindó auxilio a Zeus fue Estigia, quien gobernaba un río subterráneo. Estuvo acompañada por sus hijos, recibiendo todos inquebrantables juramentos por parte del dios mayor. Luego de esta acción, muchos otros dioses (entre ellos, Ares y Atenea), recurrieron a la ayuda de Zeus.

Pero la desesperación por la búsqueda de un mortal para asesinar a los gigantes continuaba. Fue Heracles el elegido, quien anteriormente había derrotado a Alcinoeo y Flegras.