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La Independencia de los Estados Unidos

Nuestra historia mundial ha sido foco en los últimos siglos en la «prueba de poder» por los países que ostentaban una superioridad hacia el resto. Así, se comenzó una carrera para ver qué país lograba colonizar la mayor cantidad de territorios mundiales y quién se quedaba con «la mejor pieza». Los años fueron pasando, estas «colonias» poco a poco fueron tomando consciencia y el poder que los europeos tenían sobre ellos se fue debilitando. Las independencias de todo el globo nunca fueron fáciles, y aún así las colonias iban desapareciendo. Así, podemos hablar de nuestra independencia argentina cuando firmamos La Declaración de Indepencia en 1816. Podemos mencionar también la Independencia de México y la increíble seguidilla de independencias africanas a mitad de siglo. Hoy nos toca una independencia que hemos visto largamente en el cine y del que todos lamentablemente (o no) algo sabemos: La Independecia de los Estados Unidos.

El deseo de Estados Unidos de independizarse se debía a la tensa relación que había dentro de las 13 colonias británicas. Estaban cansados de los impuestos y de los monopolios que imponían los británicos, y realizaban alzamientos como el Motín del té. La guerra por la Independencia estalló finalmente en 1775 en Lexington, en donde unos soldados británicos dispararon a unos milicianos que residían allí.

El ejército por la indepencia de Estados Unidos fue ganando territorio y los británicos se vieron asediados. Pedían refuerzos y luchaban, pero el fervor de Estados Unidos por separarse de los británicos eran aún más fuerte, por lo que su ejército era más numeroso. En 1976 se hicieron los osados y firmaron La Declaración de la Independencia escrita por Thomas Jefferson, en donde aparecen firmas como la de George Washington, John Adams y Benjamin Franklin.

Del otro lado del Pacífico, los franceses y españoles aprovecharon la debilidad militar de Gran Bretaña y trataron de apoderarse de sus tierras. Esto debilitó aún más a Gran Bretaña, que se vio forzado a firmar un tratado de Paz. En 1886 finalmente los estadounidenses terminaron su Constitución Nacional, reafirmándose de una vez por todas la enmacipación de Estados Unidos.