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La miel

La miel de abeja es un fluido dulce y viscoso que ha sido utilizado como alimento en todas las épocas y culturas, no solamente por su rico sabor, sino por las numerosas propiedades nutricionales y terapéuticas que la caracterizan.

Es un alimento producido por las abejas de la especie denominada melífera, que son criadas por el hombre en colmenas donde tiene lugar un proceso que causa asombro apenas nos introducimos en el mundo de estos insectos.

Existen diferentes tipos de miel, cuyas propiedades dependen tanto de las flores de cuyo néctar se alimentan las abejas como del clima. Por ejemplo, en zonas secas se suele cosechar miel mas concentrada y más dulce pero en menor cantidad; en lugares húmedos, en cambio, aumenta el volumen y se pierde calidad. La miel que proviene de sitios donde abundan el lapacho y el jacarandá es casi incolora, mientras que la recogida en los lugares en que predominan la alfalfa y el trébol tiene un color ligeramente ambarino. La acacia, la flor morada y el cardo originan una miel mas amarilla y la proveniente de zonas montañosas suele ser más oscura, con una tonalidad rojiza rojiza o violácea.

Para obtener un buen producto es preciso cosechar únicamente la miel de los panales de la colmena que se encuentren totalmente sellados con una capa de cera. Después de quitar la misma de ambas caras, los panales son llevados a la centrifugadora que filtra la miel eliminando impurezas. Luego el producto es almacenado en depósitos apropiados para que madure durante unos 15 días, cuidando de mantener siempre la máxima higiene para finalmente colocarlo en envases previamente esterilizados.

La miel además de ser deliciosa y dulce posee un gran valor nutritivo, ya que está compuesta por agua, hidratos de carbono de fácil asimilación, diversas sales minerales, y pequeñas dosis de vitaminas A, C, D, E, K y las del grupo B. Por otra parte la miel tiene usos medicinales porque facilita la digestión, es considerada un laxante suave, inviste propiedades sedantes, mejora el rendimiento físico y estimula la formación de glóbulos rojos, y de anticuerpos.

El consumo de miel no es aconsejable para aquellas personas que quieran bajar de peso, y no se recomienda tampoco para niños menores de un año, por la presencia de esporas que el sistema digestivo de los bebés no puede destruir.