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La pólvora

Este nombre se le da a una mezcla de salitre (nitrato de potasio), carbón y azufre. Las proporciones correctas son 74,6% del primero, 13,5% del segundo y 11,9% del tercero. Al encenderse quema rápidamente con producción de un gas blancuzco. En un espacio cerrado, este gas, que en una mezcla de sulfuro de potasio, nitrógeno y dióxido de carbono, puede utilizarse como detonante o para impulsar misiles.

Se trata de un explosivo que produce un volumen muy grande de gases, que al expandirse dan a la mezcla la energía propulsora y la rompedora característica de los explosivos.

Su descubrimiento y posterior adaptación a las armas de fuegos marca uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la civilización. Se conocía ya a principios del milenio pasado, parece que fui introducido en Europa por los sarracenos y usada por primera vez por los ingleses en la batalla de Werewater en 1327.

En la actualidad se fabrica pulverizando carbón y azufre, en un molino. El material, humedecido, se mezcla con nitrato de potasio molido; el contenido de humedad de ajusta al 4%, el material se comprime formando panes que luego se rompen con rodillo de superficies corrugadas, así se obtienen granos del tamaño que se deseen. Por la facilidad del grado en que se enciende, todas las operaciones se efectúan mediante control remoto.

Las propiedades de la pólvora han sufrido pocos cambios desde su descubrimiento, sin embargo la velocidad con la cual arde ha sido cambiada según los propósitos que se le asignan, modificando la proporción de salitre y utilizando distintos tipos de madera para obtener el carbón, etc. El material original ya no se usa en grandes cantidades, pero sigue siendo valioso medio de ignición. Además de utilizarse como material de ignición, se usa en salvas, descargas, cargas para bombas de práctica, fuegos artificiales, señales, como detonante, etc.