Todo proceso psicológico tiene su fundamento en base a distintas teorías que dieron el visto positivo para posteriores desarrollos. La teoría de la Gestalt es una de ellas, y en sus líneas nos basaremos a lo largo de este post. Del mismo modo en que hace unos días hablábamos de la percepción para la Psicología, hoy hacemos hincapié en una teoría cuyo fin principal es la resolución de problemas a través de enfoques psicológicos que resultaron atractivos para el ser humano con el paso de los años. Es importante saber, cuando hablamos de psicología, que el comportamiento del ser humano no puede ser reducido sólo a lo visible sino que trasciende más allá de eso.
Los fundamentos filosóficos que toma la teoría de la Gestalt acerca del modo en que el hombre percibe las cosas se remontan a miles de años de investigación y trabajos que, claro está, no resultaron para nada sencillos.
Escuelas Psicológicas
La psicología a la cual hace referencia la teoría de la Gestalt se puede pensar más bien como humanista, debiéndose esto al análisis paulatino que hace sobre las vivencias subjetivas de cada persona, buscando siempre hallar cuestiones de positivismo marcados en la disciplina como lo son, por ejemplo, la auto-realización y la búsqueda de decisiones acertadas. Considera al ser humano como un sujeto capaz de desarrollarse de manera independiente, libre y autónoma.
Del Conductismo se diferencia por no tener como objeto de estudio a la conducta observable de las personas; y del Psicoanálisis por no centrarse en los aspectos negativos de la mente humana.
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Veamos, ahora, cuestiones un poco relevantes acerca de la historia de la teoría de la Gestalt. La misma surge en Alemania a principios del siglo XX como reacción a esa psicología conductista de la que hablábamos párrafo arriba, la cual rechazaba toda posible investigación subjetiva sobre el comportamiento de las personas y ponía énfasis en contextos socio-familiares. Así fue como esta teoría permitió situar al hombre en una concepción del sujeto caracterizado por su papel activo al momento de enfrentar la realidad y tomar decisiones.
Según los de la Gestalt, cada ser humano es capaz de crear en su cabeza una imagen coherente sobre él mismo y su entorno. Y es que el propio significado de la palabra «Gestalt», «forma», da lugar a pensar en la construcción de marcos de percepción de la realidad. Con esto queremos decir que cada persona es capaz de interpretar la realidad de manera diferente, tomando decisiones en base a «formas» o «figuras» mentales que inconscientemente la cabeza va creando.
La teoría de la Gestalt es negadora de la existencia de un «todo» perceptivo compuesto por el conjunto de datos que ingresan al cuerpo humano. Esto hace frente a la concepción que muchas otras escuelas de psicologías tenían sobre ello, proponiendo además que la experimentación a la que se enfrenta el hombre en su desafío de percibir es más que un «todo».
Un ejemplo muy claro -y cotidiano- para explicar la teoría de la Gestalt son las películas: si bien se trata de una sucesión fotográfica de momentos que pasan muy rápidamente, uno lo puede ver , lo percibe, como una secuencia de imágenes en movimiento.