Cuando hablamos de evolución y de antigüedad, solemos hablar de una escala de tiempo que va más allá de nuestra comprensión y apenas podemos visualizarla. Es sencillo: si nos parece que los Egiptos vivieron hace muchísimo tiempo, imaginate cuando hablamos de mil millones de años en el pasado. Pero hay que aceptarlo: la Tierra hace mucho mucho mucho más tiempo que está antes que nosotros. De hecho, afirman astrónomos que se formó hace 5 mil millones de años, formandose poco a poco lo que se conoce como la tierra primitiva, en donde las condiciones naturales y la atmósfera era diferente a la que conocemos actualmente. Hoy hablaremos un poco de eso: la teoría de Oparin y la atmósfera primtiva.
En 1924 el bioquímico Soviético Alexander Ivanovsky Oparín (1894-1980) publicó un libro llamado «El origen de la vida» en donde sugirió que la atmósfera primitiva era muy diferente a la nuestra. La atmósfera primitiva no tenía oxígeno, sino que tenía un caracter reductor fuerte (recordemos que el oxígeno es oxidante) debido a la presencia de hidrógeno y de gases como metano y amoníaco. Estos compuestos reaccionaron entre sí debido a los rayos eléctricos, el calor de la erupción de volcanes y la energía de radiación solar, formando los primeros compuestos organicos de alto PM (peso molecular) formando los primeros indicios de vida en los océanos primitivos.
La teoría de Oparín probaba la existencia de un término nuevo hasta ahora: la química evolutiva. «Evolución» es un término meramente biológico, pero está claro que acá se aplica de manera correcta, porque es debido a las reacciones químicas que formaron compuestos más «complejos» (y por eso «evolución») es que se forma finalmente la vida.
En resumen: la atmósfera primitiva consistía principalmente para algunos científicos de amoniaco (NH3) y metano (CH4); sin embargo, otros piensan que consistía generalmente de nitrógeno y bióxido de carbono; probablemente había algo de hidrógeno (H2) y vapor de agua (H2O).