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La vida de Heidegger

 Hoy, 26 de mayo, se cumplen 36 años del fallecimiento de  Martín Heidegger, considerado el filósofo más notable del siglo XX.

El filósofo nació en  el 26 de septiembre de 1889 en  Messkirch, Alemania. Estudió Teología católica, filosofía y ciencias naturales en la Universidad de Friburgo, donde fue discípulo de Heinrich Rickert, uno de los exponentes del neokantismo; y posteriormente fu asistente de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología.

Es una de la figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo  del siglo XX, y  su indiscutible preeminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica.

En 1915 inició su labor en la docencia, pero en 1933 el filósofo fue  nombrado por el gobierno de Hitler rector de la Universidad de Friburrgo. El mismo no solo aceptó el cargo, sino que en su asunción dio un discurso muy controversial. Esto provocó que en 1945 fuera destituido como docente en Friburgo, tras la ocupación de Alemania por los aliados.

En el año 1952 se reincorporó, pero  su actividad académica fue ya mucho menos constante. El filósofo recibió sugerencias de otros colegas como Marcuse de que se retractara de ese famoso discurso pronunciado en 1933, pero Heidegger nunca lo hizo, ni siguió esos consejos.

Si bien vemos que su vida personal estuvo marcada por controversias, su vida profesional también fue así. Desde la filosofía analítica, su obra ha sido criticada con dureza, sobre todo por Carnap; pero el pensamiento heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así, la filosofía francesa de las décadas de 1960 y 1970 admiró la capacidad de precisión de su lenguaje, así como su aportación al discurso humanístico.

La obra de Heidegger pueden entenderse a través de dos periodos diferentes:  El primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a quedar incompleta, plantea buena parte de las ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del presupuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por ser (aunque la definición de este concepto ocupa toda la obra del autor, y es en cierto sentido imposible), en general, aquello que instala y mantiene a los entes concretos en la existencia.

En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En sus últimas obras, ya realiza un acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente el ser.

Falleció en 1976 y, por pedido suyo, fue enterrado según el rito de la Iglesia Católica junto al campanario de la iglesia de su ciudad natal.

Vía: www.biografiasyvidas.com