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Las vitaminas

El organismo humano precisa de vitaminas para funcionar de un modo correcto, pero como puede producir por si mismo solo un par de ellas, es necesario que incorporemos a través de la alimentación muchas de ellas.

Las vitaminas son sustancias orgánicas necesarias para los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos, y que cuando se consumen equilibradamente favorecen el funcionamiento fisiológico.  Uno de los primeros científicos que  las investigó fue un bioquímico inglés llamado Frederick Gowland Hopkins, quien gano el premio Nobel de medicina en 1929. Veinte años después fueron identificadas todas las vitaminas, se determinaron sus estructuras químicas y se produjeron de manera sintética en el laboratorio.

Salvo en el caso de las vitaminas D y K, que el cuerpo no puede producirlas por si solo y necesita incorporarlas a través de alimentos o complejos vitamínicos, todas las demás el cuerpo puede producirlas, aunque a veces no es necesario.

Veamos una rápida clasificación:

Las mismas se dividen en dos grandes grupos: las liposolubles y los hidrosolubles, el primero se disuelve en la grasa e incluyen las vitaminas:

A: que ayuda a la formación y el mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos y membranas mucosas; se obtienen del hígado, de la yema del huevo y de los vegetales.

D: regulan la absorción intestinal del calcio y del fósforo, se obtiene de alimentos como el salmón, leche, huevos, y también se generan con la exposición del cuerpo al sol.

E: son antioxidantes y actúan contra el envejecimiento celular. Se encuentran en vegetales y en semillas.

K: participan del mecanismo de coagulación de la sangre y se encuentran principalmente en los vegetales de hoja verde y pescados.

Las vitaminas hidrosolubles se disuelven en agua y son:

B: es un complejo que agrupa varias vitaminas B1, B2, B5, B6, B7, B9 y B12. Ayudan a obtener energía a partir de la comida, colaboran en la formación de glóbulos rojos  y se consiguen del pescado, el pollo, carne vacuna, huevos, productos lácteos y vegetales de hojas verdes.

C: tiene como principal función estimular las defensas contras infecciones, además de ser antioxidante y favorecer el buen funcionamiento de las hormonas. Se adquiere de cítricos, hortalizas y leche de vaca.